Capítulo dos

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Desperté exactamente a las cuatro de la madrugada, no había nadie, excepto por algunos borrachos que se quedaron dormidos en el suelo o en uno de los sofás.

Entre en pánico ya que no estaba en mi casa y no veía a mi amiga por ninguna parte ¿Se habría ido? ¿Se atrevió a dejarme sola? O algo peor ¿La secuestraron? Recé porque no fuera así, me levante rápidamente del sillón, que me había dejado con un horrible dolor de espalda, debido a la incomodidad con la que dormí.

Pase dando pequeños saltos, ya que había personas tiradas en el suelo durmiendo, llegue hasta la que era la pista de baile y no encontré a nadie. Mi pánico aumento un poco. Luego entre a la cocina y tampoco estaba nadie, subí por las escaleras, en donde se encontraban las habitaciones, que en total eran cuatro, supuse que una era para la abuela de West, otra para su hermano menor, otra para él y de la ultima habitación no tenia idea, supongo que es la de huéspedes. Intente entrar a alguna de las habitaciones pero todas se encontraban cerradas con llave, y mi pánico aumento al cien por ciento. Intente llamar a June a su celular, pero este se encontraba apagado.

Baje las escaleras con prisa, sin importarme las personas que estaban durmiendo, y mire hacia la puerta de vidrio deslizable que daba al patio trasero, esa era mi única esperanza, camine hasta la puerta trasera, y pude escuchar risas, fruncí el ceño, y abrí la puerta silenciosamente, divise a dos personas sentadas en el pasto, riendo y riendo.

Eran June y West, sentados demasiado juntos.

En ese momento me quede paralizada y no podía respirar, fue como uno de esos instantes que no olvidaras nunca mas, se que estoy siendo dramática, pero parecía un momento tan fuerte, que sus carcajadas inundaban mi cabeza. Me quede allí por unos segundos, hasta que me digne a carraspear.

-Eh, June, al fin te encontré -Hable al fin.

Esto era incomodo, ya que ambos se giraron a mirarme, y sentí que mis mejillas ardían al pensar en lo desastre que estaba yo en ese momento, ni quería pensar en mi cabello.

-April ¡Ya estas despierta! No te quise despertar, te veías muy cómoda durmiendo -Dijo June.

Sí claro, estaba muy cómoda durmiendo con el pie de alguien más rozándome la cara.

Vi como West al mirarme soltaba una risa mal disimulada -o tal vez ni siquiera se esforzó en disimularla-, y la cara desconcertada de June al mirarme el rostro, ella miró fugazmente a West y él trató de no reír más, obviamente yo lo noté y no entendía el por qué de su comportamiento.

June se levantó del lugar en el que estaba sentada y caminó hacia mi con sus tacones en la mano izquierda, yo solo la miraba expectante, esperando que me explicara lo que estaba pasando y por qué el chico se había burlado de mí.

Pero lo único que hizo ella fue darme una mirada de consuelo, lo cual no entendía, ni me servía de nada en este momento, yo solo quería saber qué es lo que estaba pasando, esto ya me estaba poniendo los nervios de punta.

-June ¿Qué pasa? -susurré impaciente de saber la respuesta.

La miraba preocupada y miedosa de que sea algo que pudiera hacerme sentir estúpida, porque lo último que me faltaba era ser humillada frente a mi vecino.

-Te pintaron la cara, April-dijo ella apenada.

Y ahí va, un golpe más a mi ya baja autoestima.

Abrí mis ojos como platos e inconscientemente llevé mi mano derecha a mi rostro, tocándolo suavemente.

-Lo siento, West, ya tengo que irme -dijo June, dirigiéndose a West, que en todo momento permaneció en el mismo lugar con una sonrisa burlona dirigida hacia mí.

Las lecciones de AprilWhere stories live. Discover now