La habitación del niño||[EDITANDO]

Capítulo 9. Segunda temporada

*juliet*

El grito se escucho tan fuerte que me sorprendí que no se rompieran los vidrios, con Mark subimos las escaleras corriendo y los gritos se hacían cada vez mas fuerte, cuando estábamos en frente de la habitación con Steffani adentro ella estaba flotando con un camisón blanco cuando nos vio giro tan duro su cabeza que hasta sonaron todos sus huesos, sus ojos estaban totalmente negros y dilatados, se le podían notar todas las venas de la cara, luego hizo una sonrisa tan sínica y escalofriante que por un momento me dieron ganas de irme corriendo y olvidar todo este tema tan aterrador pero en vez de eso corrí hacia ella, Mack me siguió, ella elevo la mirada y nos apuntó con su dedo índice lo levanto con furia e hizo que nosotros nos elevemos y después tiro de su dedo y nosotros fuimos directamente contra la pared haciéndonos golpear la espalda.

-Steffani, detente por favor - trate de hablarle con suavidad para que se tranquilice pero fue peor ella nos lanzo con tanta fuerza que caímos al suelo y nos golpeamos la cabeza haciendo que me sangrara.

-Oh Dios mio, ¿estas bien Juliet? -dijo ella con una sonrisa irónica.

Entonces decidi tirarme arriba de ella así su cuerpo con el mio cae arriba de la cama y poder atarle los brazos y piernas con una cadena que había en la habitación, así que sin mas pensarlo me abalance con todas mis fuerzas hacia ella y su cuerpo calló como yo lo había planeado.

-Mark, pasame esas cadenas rápido - El asintió y me las paso.

-Ahora ata sus piernas muy fuerte mientras yo hago lo mismo con sus brazos-
Ella se retorcia en la cama tratando de liberarse pero no podía, ate sus contra la cama y sus pies igual, ella se movía salvajemente y encorvaba la espalda y luego de unos minutos se rindió y se quedó quita, su cara y sus ojos volvieron a la normalidad y se quedo dormida.
Con Mark suspiramos los dos a la vez de alivio pero ese alivio se iba a terminar muy pronto así que salimos de la habitación dejándola sola por un rato

-¿Ahora me crees, lo que te digo Mark? - el me miro arrepentido y asintió

-Tienes razón Juliet, lo siento-

-Esta bien, no pasa nada ahora hay que apurarnos, hay que juntar a todos mis hermanos y llamar a un exorcista- Mark me miro horrorizado al escuchar la última palabra

-¿De dónde sacaremos un exorcista Juliet? -

-Por aquí cerca hay una iglesia, ellos deben saber eso

-Espero que funcione y no nos vea como unos locos recién escapados del manicomio-

-No estamos para bromas, esto es serio-

-Tienes razon, lo siento de vuelta-

-Solo apuremosno antes de qu despierte-. Y dicho esto nos subimos al coche y nos dirigimos rápidamente a la iglesia de la ciudad.
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Cuando llegamos a la puerta de la iglesia me baje tan rápido como pude y Mark siguiendome atras, abrí las puertas desesperada y por suerte había un sacerdote haciendo unas oraciones.

-Señor- le hable con voz temerosa el levantó la mirada y me dio una sonrisa sincera.

-buenas señorita, ¿viene a confesarse?-

-No, mi hermana esta en peligro, necesitamos un sacerdote que le haga un exorcimo lo antes posible por favor, ayudeme- El abrió los ojos aterrorizado por lo que acababa de decir

-Esta segura de lo que dice señorita, este es un tema muy grave-

-Lo digo en serio, no jugaría con algo así-

-No se ha presentado un caso así hace 80 años, tengo que ir a verla, hacer un exorcismo es muy dificil,
en el peor de los casos la victima muere y si el demonio es muy poderoso jamás se irá, yo llegaré a la tarde a ver el caso señorita, usted pase lo que pase no entre a la habitación de tu hermana, es muy peligroso, esperenme que yo llegare -

-Muchas gracias, aquí le dejo mi dirección, lo esperamos, adios-
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-Juliet, lo que dices es una locura- me gritaron mis hermanos a la vez, los había reunido a todos en la casa para hacer eso.

- Juliet tiene razón, yo mismo ví como su hermana estaba fuera de control esta mañana -

Entonces nuevamente los gritos empezaron a escucharse.

Mis hermanos abrieron los ojos asombrados al escuchar tremendos ruidos que provenían de arriba luego se taparon los oídos ya que los gritos eran demasiados agudos que sentías que tus tímpanos se iban a romper

-Mark, ven conmigo por favor, me siento muy mal - su voz venía de arriba, era dulce pero no era de ella, no tenemos que caer en su juego

-Mark, no la oigas- le dije

-Mi amor, por favor, ayúdame -

-Debo ayudarla, me necesita -

-No Mark solo te quiere engañar-

Y justo en ese momento que Mark iba subiendo las escaleras, el timbre sonó y fui corriendo a abrir, era el sacerdote de hoy, llego mas temprano de lo que espere, el venía con una valija en su mano y un rosario en su cuello.

-Pase adelante, mi hermana se encuentra arriba -

El entro y los gritos empezaron a aumentar, el sacerdote empezó a subir las escaleras y antes de llegar arriba, dirigió su mirada hacia nosotros y nos dijo.

-Quédense aquí abajo, sólo cuando oigan mi aviso podrán subir-

El se encerro en la habitación y yo me quede sentada en el sillón con los demás, esperando a que nos llamen.