Trece

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Rubén desperto en una camilla demplazada en la calle mientras los gritos, murmullos y voces de policías, bomberos, sanitarios y personas que observaban la rodeaban.

Trató de levantarse cuando una mano sobre su hombro lo detuvo. Miró hacia la persona que estaba a su lado y respiró aliviado.

-Miguel...

-Menos mal que has despertado. Estaban preocupados porque te hubiera pasado algo. Te diste un buen golpe en la cabeza.

Rubén se tocó la herida cubierta y siseó por el roce. Miguel le cogió la mano y le depositó un beso antes de soltársela sobre su vientre, Rubén incómodo por el gesto.

-Dicen que sería mejor que fueras al hospital para que te hagan una radiografía.

-¿Cómo estás tú? ¿Qué es lo que ha pasado?

-¿No te acuerdas? - Rubén afirmó.

-Se que venías corriendo a mí y abrí la puerta. Después fue como si algo nos empujara con fuerza.

-¿Reconociste al hombre con el que nos cruzamos?

Rubén frunció el cejo tratando de recordar.

-Lo siento... No me fijé.

-Era uno de los tipos que te metieron en el callejón. Creo que pudo ser el que puso esa bomba.

-¿¡Bomba!? Alex nunca... - Rubén se calló en cuanto vislumbró cómo los ojos de Miguel se volvían fríos como el hielo.

-¿Alex? ¿Tu ex ha hecho esto?

-El nunca ha llegado a eso... Quizás fueron sus amigos, una forma de asustarme y presionarme para que vuelva con él. - Contestó. - ¿Ha quedado muy mal el apartamento?

-No lo se... No me he movido de tu lado. - Rubén se sonrojó y apartó los ojos de él.

-Gracias... - Susurró. Miguel acaricio su pelo en un gesto de Alivio por qué Rubén estuviera bien. Esté se alejó unos centímetros, ya que el toque le hacía ponerse nervioso al instante.

Después de revisar a Ruben de nuevo éste rechazó ir al hospital para quedarse por la noche en observación. Miguel estuvo a su lado aunque se alejó un poco para hablar con los policías y bomberos y prestar declaración a lo que había ocurrido en el piso. Eso le dio a Rubén la oportunidad para tranquilizarse, al menos un poco.

Alex nunca intentaba presionarlo más que para sacarle un beso o alguna caricia íntima pero atentar contra su vida... Estaba casi seguro de que esa idea se les habría ocurrido a sus amigos para asustarlo y hacerlo volver con él pero, tras el encuentro con él esa tarde, no estaba seguro de ello. Se estremeció por el miedo por haber puesto a Miguel en peligro y se abrazó a sí mismo tratando de entrar en calor.

-¿Estás bien? - Le preguntó Miguel a su lado.

-Si... Solo es un poco de frío. ¿Qué han dicho?

-Parece que tu piso no ha sufrido muchos desperfectos. Pero necesitan revisar si las paredes y pilares tienen problemas. Dicen que no es seguro hasta que emitan el informe.

-No tengo dónde quedarme...

-Te vienes a mi casa. De hecho era lo que tenía pensado desde que estalló la bomba.

-No puedo importunarte así, Miguel.

-No es una sugerencia, Rubén. Te vienes a casa. - Se inclinó sobre él para que no lo oyera nadie más. - Aunque tenga que atarte y echarte sobre mis hombros para que no te resistas...

Rubén se apartó de él completamente colorado, nervioso y con mucho más calor del que necesitaba. Él solo le sonreía.

Algo había pasado mientras Rubén estaba inconsciente y se arrepentía por habérselo perdido. ¿Qué había hecho cambiar a Miguel? Era más directo y posesivo con él. Cuando los sanitarios quisieron revisar su estado él permaneció atento a lo que hacían y los detuvo en un par de ocasiones cuando quisieron inyectarle un calmante u otra medicación para que le informaran de ello.

clases de amor ↮rubelangel™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora