Capítulo 3

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Cris no había cambiado en lo absoluto en cuanto a personalidad, seguía siendo el mismo de siempre, alegre, muy activo y hablador. Su físico si había dado un cambio drástico, antes era delgado, más bajo de estatura y músculos no formados, ahora era más alto, media quizás un metro con ochentaicinco centímetros, con una barbilla muy bien rasurada y con un cuerpo más fuerte que el de una roca, la playera blanca le quedaba ajustada de los brazos y pecho, llevaba el cabello alborotado.

Llego hace media hora más alegre de lo normal, extrañaba a su hermano, Jonathan recordaba que antes eran muy unidos, Cris solía ser quien defendía a su hermano de quienes lo querían molestar, por otra parte, el menor siempre lo cubría cuando se escapaba a alguna fiesta sin la autorización de sus padres. Cris no se hubiera ido de casa, sabía que extrañaría mucho a su hermano, pero la relación que llevaba el con sus padres era muy mala, los apreciaba y los quería aun así, pero de tantas discusiones y problemas con ellos, lo obligaron a irse de casa y que mejor que ir a vivir a otro país, lo consiguió gracias a un amigo que trabajaba en la policía, solo hizo una llamada y le consiguió trabajo. A pesar de estar peleado actualmente con sus padres, los quería.

— ¿Cómo estuvo el viaje? — Pregunto su hermano dándole un mordisco a su hamburguesa, la cual sostenía con servilleta en su mano, no le gustaba ensuciarse.

— Aburrido, muy aburrido, no había mucho que hacer y el portátil se me apago a mitad del camino— Respondió metiéndose una papa frita en la boca, su sabor salado le encantaba en lo absoluto, produciéndole una sensación muy hermosa en su lengua, era su comida chatarra favorita.

— Al menos no te toco una señora gorda como conmigo.

— Me toco una rubia sexy— Presumió.

— ¿Le sacaste su número?

— No.

— ¿Por qué?

— ¿Acaso importa eso?

— Obvio que importa, tengo que saber si serás como yo— Exclamo con mucho ego en sus palabras, alzando su barbilla.

— ¿Mujeriego dejado? No gracias, estoy bien así— Su hermano le dio un golpe en su brazo, era más fuerte de lo que parece, tanto que se retorció un poco del dolor.

Si en algo podía resumir a su hermano era en una sola palabra: mujeriego. Desde que tiene memoria, Cris siempre tuvo mucha facilidad al seducir mujeres, quizás se debe a su manera tan simple de hablar y su caballerosidad, recuerda que siempre que sus padres no estaban en casa, el mayor siempre traía una chica diferente, entraban a su cuarto y lo demás solo él sabrá. Por otra parte, Jonathan era más tranquilo y centrado, eran contadas las novias que ha tenido y no tiene mucha facilidad de hablar con las mujeres, siempre se comportaba un poco tímido y cuando intentaba decir algo, siempre terminaba diciendo algo incorrecto, tampoco le urge tener novia, de hecho le gusta estar soltero, como siempre dice:

"Jonathan ser libre, Jonathan no ser de nadie"

Y de todas formas, cada chica que le gusta, o es puta o tiene novio... o ambas cosas.

— En un rato vendrá una chica, así que...— Le embozo una sonrisa pelando sus dientes y pestañeando muy rápido.

— Si está bien— Dijo Jonathan sin preocupación alguna, ya estaba acostumbrado a eso, desde niño su hermano lo acostumbro así.

— Ella tiene una hermana más o menos de tu edad, si quieres le puedo decir que venga para que no te sientas sol...

— No gracias— Rechazo la propuesta— Necesito dormir un poco, hacerlo en el avión no era nada cómodo.

Están Aquí: La InvasiónWhere stories live. Discover now