#12

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No fui inmune a la epidemia ( yo pensaba que era un superhéroe); me dio dos días después del festival. No pude escribir en una semana porque me dolía agarrar cualquier cosa; era un pez globo.
Hoy regrese a la escuela, tendré que ponerme al corriente. Qué horror. Cecilia se ofreció a prestarme los cuadernos para los apuntes:
— ¡Es un agradecimiento! — decía con su voz chillona.
— Yo no hice nada. — le conteste.
— Bailaste conmigo. Eso fue muy gentil. Sin reclamar, sin molestarme por mis pasos — sonrío por un instante.
— No lo hice por ti. Mi madre me obligó a bailar para ella. —

Mamá dice que es malo mentir, nunca miento porque la hace triste.
Mamá se pondrá triste.

Cuando aún no lo entendía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora