Capítulo Veintiuno: El último

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— ¿Y no te gusta pasar tiempo con Jocker?

— ¡Me encanta! Para mi es genial, Alice lo ve como castigo, dice que se aburre porque Jock no hace la cosa ruidosa de los famosos yendo a fiesta tras fiesta.

—Alice y tú son muy diferentes.

—Mucho— se ríe— ¿Puedo acompañarte a lo que sea que vas a hacer?

—Uhm... supongo. Voy a entregar estos bocadillos y cafés. Luego ayudaré a Breana con su ropa.

—Genial.

Es de ese modo como termino con Alaska Hans siendo mi sombra. Ella me sigue para cada lugar al que me dirijo. Es algo habladora, pero nada que pueda molestarme.

— ¿Qué libros te gustan leer?— cuestiona llena de curiosidad.

—Soy una lectora variada.

— ¿Quiere eso decir que te gusta leer novelas?—volteo a verla— Porque a mí me encantan.

No puedo evitar reír, casi parece que sus ojos son dos corazones. Todo en ella grita soñadora y me gusta. Desprende la inocencia y sencillez que espero haber poseído alguna vez.

Holden se atraviesa en nuestro camino y la abraza como si se tratase de su propia hermana, lo cual me hace recordar que la debe conocer de toda la vida o algo sumamente parecido. Los dejo conversando acerca de algo que ella leyó en un artículo escrito por él y entro al camerino de Krista.

Como muchas otras veces ella está demasiado distraída hablando por teléfono como para notarme. Dejo su café junto a un sándwich sabiendo que lo más probable es que ella tenga hambre, siempre tiene hambre a esta hora.

Llevo el suficiente tiempo en el programa para conocer alguna de las manías de cada uno de ellos. Saludo a un par de nuevo empleados que se encargan de las cosas pesadas y coordinar los segmentos.

Siguiente parada: el camerino Jocker.

­—­­Toc toc.

Él alza la vista y sonríe, apenas doy unos cuantos pasos dentro de su camerino cierra la puerta y pasa un abrazo alrededor de mi cintura. De acuerdo, debo hablar con Jocker acerca de cómo no ser más obvios. Seguro que los chicos ya sospechan, la única razón por la que Kennedy no lo hace es porque nunca se acerca.

—Jocker creo que n...

No me deja terminar, presiona su boca sobre lamía. Alguien claramente parece muy entusiasta de verme. Mientras uno de sus brazos está envuelto alrededor de mi cintura, el otro se encarga de que su mano se enrede en mi cabello.

Debería intentar separarlo de mi boca ¿Pero cómo hago sí me gusta besarlo? Me gusta que me bese, sobre todo porque con él ningún beso queda por sentado. Ningún beso parece soso o solo un medio para llegar a un fin.

Un beso con Jocker es perder el aliento y respiración. Es la mejor forma de describirlo.

Pero quizás debí realmente haberme alejado porque justo ahora la puerta del camerino se abre y él separa su boca de la mía para ver detrás de mí.

Que no sea Kennedy.

—Alaska. Holden...

—Tú y ella...Adelaide y tú... ¡Oh mi Dios!

Escucho su risa y cuando salgo del agarre de Jocker me giro a verla, en todo caso a verlos. Alaska tiene una mano contra su boca y sus ojos cafés están muy abiertos, parecen extasiados. En el caso de Holden él parece absolutamente complacido.

—Eso iba a decirte, que tu hermana iba a aparecer en cualquier momento porque está siendo mi sombra. Pero no me dejaste hablar.

—Qué bueno que yo no soy Al— se ríe Alaska— ¿Son como novios?

Término Medio ( #1 Saga InfoNews)Where stories live. Discover now