Ir con 17 años a un internado es de locos. Ni siquiera estaré ahí un año completo. Al menos será mixto.
-Como no bajes en 20 segundos te meteré en un reformatorio, tu decides. -gritó el jefe de la policía, osea, mi padrastro.
A regañadientes bajé, sabía que eso lo decía en serio. Nunca bromeaba cuando llevaba la placa consigo.
-Ya estoy, venga, quiero llegar ya a mi nueva cárcel.
-Te dije que te tiñeras el pelo, ¿cómo vas a ir con el pelo azul?
-Tú tienes mechas blancas y no te digo nada.
-Se llaman canas, y salen con la edad.
-Es verdad, se me olvidaba ya que estás en tus últimos telediarios.
-Cierra esa boca y entra en el maldito coche.
-Shh, en esta casa no se maldice.
-No se como tu madre te puede llevar aguantando 17 años. Ahora entiendo a tu padre.
-Mi padre no se fue por mi, si no por la zorra de tu noviecita. Él me adoraba, hasta que apareciste tu y la cagaste. Si tu no te hubieras follado a mi madre, ahora seguiríamos siendo una familia, de las de verdad. Te odio, y juro por mi padre, esté donde esté, que me las pagarás, tú y la madre que me pario.
No dijo palabra alguna. Se subió al asqueroso coche de patrulla y yo lo imité con cara de pocos amigos. Tras varias horas en silencio, se digno a hablar.
-En unos minutos llegaremos al internado, estarás ahí hasta tu mayoría de edad, y si tu comportamiento no mejora, acabarás en la cárcel. Cometiste los suficientes delitos como para llevar ya años en un reformatorio, de nada.
-Ni sueñes que te voy a agradecer algo, si no fuera por ti, yo sería una chica 10, tú fuiste la que me arruinó, esto es tu culpa.
Llegamos a aquel tugurio poco después de compartir aquellas palabras. Ese mequetrefe recogió mis maletas del maletero y las dejo en la puerta.
-Aquí te dejo. Arréglatelas como puedas. -dio media vuelta y se dirigió de nuevo a su coche-
-¡MALDITO HIJO DE PUTA!
-Cuida tu vocabulario, jovencita.
-¿Que hay fiesta de disfraces o qué?
-No, ¿por qué lo dice?
-¿Esto es un puto internado de monjas?
-Ese vocabulario, niña.
-Será cabrón... -susurre-
-Veo que va a necesitar unas cuantas lecciones, si no aprendes por las buenas, aprenderás por las malas. Y tienes un día para hacer algo con ese pelo, o yo misma me encargaré de rapartelo. Buenos días. -y dicho eso, se retiró-
Tenía tanta ira dentro de mi, que creí que explotaría en esos mismos instantes.
-Vaya, vaya, ¿tú eres nueva por aquí, no? -dijo un chico, bastante guapo. Primera victima, hola.
-Tal vez. ¿Me llevas las maletas?
-¿Tengo cara de mayordomo?
-Tienes cara de muchas cosas, ¿me las llevas o no?
-Claro, y luego te cojo en brazos y te llevo a la habitación.
-Eso lo dejo en tus manos -le guiñé un ojo y entre en esa cárcel-
Me dirigí al interior del internado, aquello era horrible, pedía a gritos a Holly. Y ahí me tenía, voy a cambiar todo esto, oh si.
-¿Se puede saber que hace sin uniforme? -otra monja, menudo infierno-
-No tengo, acabo de llegar. -vi al chico cargando con mis maletas y dejándolas a mi lado.
-¿Louis Tomlinson haciendo algo bueno?
-Por supuesto, ¿acaso lo dudaba?
-¿Louis no? -asintió- Yo soy Holly -sonreí, al igual que él-
-¿Holly Smith? -mi cara empalideció-
-¿Cómo que Smith? No, Holly Green.
-Lo siento, solo hay una Holly inscrita y es Smith.
-Lo mato, en cuanto salga de aquí, lo mato.
-Comportándose así, lo dudo.
-Soy Holly Green, mi padrastro es Smith. Yo no tengo su apellido, por lo que Holly Smith, no existe, ¿entiende?
-Pero ya está inscrita con ese nombre.
-Pero no puede inscribir a alguien con un apellido falso.
-Intentaré hacer algo.
-No, no lo va a intentar, lo va arreglar si o si. Yo no pienso estar inscrita con el apellido de un mal nacido. ¿Qué putadas más me hizo? ¿Dormiré en el sótano? ¿Llevaré hábitos? ¿Comeré bazofia? Me va a pagar una por una todas las que mi hizo, como que me llamo Holly.
-¿Y cómo piensas salir de aquí? -me susurró Louis-
-Seré una chica perfecta, ya verás.
-Hermana -le hablé a una monja- ¿en que habitación me toca? Soy Holly, la nueva.
-Oh, cielo, voy a mirar.
-No está mal, pero puedes mejorar -intervino Tomlinson-
-Aquí tienes la llave, es la 203.
-Gracias, que Dios la bendiga. -Se fue con una amplia sonrisa, una menos para chantajear-
Vi que Louis estaba pálido y mirando a un punto fijo.
-Louis, eo, ¿estás aquí?
-Eh, si... perdón, es solo que... esa habitación...
-¿Qué pasa?
-Ven, acompáñame.
Cogimos mis maletas y fuimos a una habitación que no era la mía. La 198.
-Ésta es mi habitación, entra.
-Me quieres contar ya, no aguanto tanto misterio.
-En esa habitación murieron varias chicas, la mayoría como tú. Rebeldes. Primero las violaban y luego las descuartizaban o les cortaban las venas. Siempre decían que eran suicidios, pero todos sabemos que eso no es así.
-Louis, me estás asustando.
-Tampoco es tan raro.
-¿Cómo? No oí bien. -dije sarcásticamente-
-Aquí te dan palizas mortales a diario, o aprendes por las buenas, o aprendes por las malas, pero aprendes.
-Esto es alucinante. Me tengo que ir de aquí.
-No puedes. No hay salida.
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Sin salida. {Niall Horan}
FanfictionHolly, con tan solo 17 años, a cometido más delitos que muchos adultos. Su padrastro, cansado de todo esto, la manda a un internado a las afueras de la ciudad. Lo que no sabe la pequeña Holly, es que de allí dentro no va a poder salir. Nunca.