cuarenta y cinco

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Narra Lila.

Desperté, pude notar que estaba en una silla, atada.

-Qué pasó? -me pregunte a mi misma-

Levante la vista y mire hacia todos lados, estaba todo oscuro, pude notar que ya no estaba en mi departamento, este lugar no tenía muchos muebles, las paredes parecían viejas, se notaba que no habían sido pintadas o arregladas hace bastante tiempo.

-Que bueno que despertaste -dijo una voz desde la oscuridad-
-Imbécil -dije molesta-
-Que carácter tienes, eh -dijo irónico-

Pude escuchar como se acercaba, hasta que lo tuve enfrente mío, tuve a quien había estado más de 4 meses dejándome notitas en mi casa enfrente mío, tuve a Alan enfrente mío.

-Te odio -exclame con rabia y escupí en su remera-

El río cínico, se dio media vuelta haciéndome pensar que se iría pero fue peor, dió dos pasos y volvió a darse vuelta rápidamente para darme un puñetazo en la cara.

-No me provoques -murmuró en mi oído-

Yo solo me límite a llorar, escuche que abrió una puerta y desapareció de esta misma, mi cara ardía de dolor.

******************

Pasaron las horas, posiblemente 5 o 7, la verdad no lo se, yo seguía en la misma habitación, en la misma silla, hecha un asco.
Entre las horas que habían pasado había notado que llevaba puesta una remera bastante suelta y mi ropa interior, con solo pensar que ese psicopata me toco, el estomago se me revolvía.
Tenía hambre y sed, demasiada.

Levante la vista ya que escuche como abrían la puerta de la habitación.

-Hey -dijo sonriente- te traigo muchas cosas -dijo Alan con algunas bolsas y demás-
-No quiero nada tuyo -murmure-

Ignoro mi comentario y siguió.

-Te traje un colchón, veo que estas incómoda en esa silla -dijo saliendo de la habitación y volviendo a entrar con un colchón bastante cómodo y ya puesto con sábanas- y también un poco de comida

Estuvo un rato colocando todo hasta que se acercó hacia mi, me iba a desatar, es mi oportunidad -pensé-, pero antes de que pudiera empezar a desatarme puso una especie de cadena en mi tobillo.

-Así no te escaparás preciosa -sonrió-
-Crees que con una cadenita de mierda no podré salir de aquí? -dije molesta-
-Tienes razón -dijo sacando una especie de soga de una de las bolsas- mejor te ato las manos -sonrió malicioso-

Estuvo unos 5 minutos para después irse de la habitación dejándome sola, con una cadena y una soga amarrando mis manos.

Me veía tan impotente en esos instantes.

Acosada.Where stories live. Discover now