Me despierto un poco desconcertada. Me siento débil, demasiado. Intento levantarme pero estoy... atada. Tengo esposas en las muñecas y los tobillos que me mantienen unida a la camilla.
De repente la puerta se abre con un estruendo y entra Ian. Se para en silencio a los pies de la cama y me contempla desde allí. Tiene un so risita de suficiencia en el rostro que me encantaría borrar de un golpe. Pero no puedo. Y en verdad tiene motivos para estar así. Es obvio que logró lo que quería: secuestrarme.
- espero que no me odies por dejarte atada - musita soltando un risita que me molesta.
-te odio por ser mi padre - respondo fría y desafiante.
Veo como se le tensa la mandibula y cierra los puños. Definitivamente no le ha gustado mi respuesta.
- hay algo que no comprendo - me dice - me odias por hacerte daño pero amas a los vampiros que destruyeron a tu familia.
No entiendo nada. Los vampiros no destruyeron a mi familia. Y han hecho mucho más que él por protegerme.
-los vampiros son mejores que vos - le grito
- ¿puedo preguntar por qué los aprecias tanto?
-porque ellos no me secuestran, me intentan matar y torturan a mi novio - le digo forcejeando las ataduras - ni tampoco me abandonan de pequeña para volver a verme luego de 16 años.
Veo que Ian ya no puede contenerse más. Camina hasta la otra punta la cama y me da una bofetada.
-¡NO HABLES DE COSAS QUE NO SABES! - me grita y me vuelve a pegar en la cara - ¡NO SABES LO QUE LOS VAMPIROS LE HICIERON A NUESTRA FAMILIA!
-vos, no sos mi familia - comento con los ojos llorosos por el dolor del golpe.
Ian suspira como liberando la tensión.
-no me interesa lo que piensas - masculla en tono frío - no voy a hablar más con vos, Alison. Empecemos con lo que voy a hacerte.
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Rodeada de mordidas (RDC#2)
VampireHabian logrado escapar del laboratorio. Pero ya nada sería igual. Alison debe enfrentarse a algo que jamas quiso: ser vampira. Experimentará cambios físicos y mentales, sensaciones desagradables, y claramente una transformación que cambiará su vida...