capítulo 4

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Estoy en medio de una sala rodeada de personas. Las miro atentamente mientras giro sobre mi eje. De pronto, unas manos me atrapan por detrás. Miro a la persona: Ian.

-hola hija - me saluda - vamos a jugar a algo.

Me enseña una pistola. Me agarra los brazos y me obliga a estirarlos a la vez que pone el arma en mis manos. Me mueve apuntando siempre a alguien con el arma. Se detiene al llegar a... a Adrien. Ian carga la pistola.

- dispara Alison - el tono de Adrien es seco como si se entregara; ya no es su dulce voz de siempre.

-No, - me vuelvo hacia Ian - No voy a dispararle.

-eres tú o él - me responde Ian - elige.

Me quedo inmóvil. Ian me apoya un arma blanca en la espalda (un cuchillo supongo) bastante afilado.

-elige - me repite y la palabra me tambalea en la cabeza.

No se bien porqué pero agarro firmemente la pistola en mi manos y apunto directamente hacia la cabeza de Adrien. La bala estalla y Adrien se desploma.

Me despierto muy extrañada. Ya no siento el temor de todas las pesadillas. Fue algo... raro. ¿significará algo? ¿acaso estoy dispuesta a matar por mi propia vida? Maté a Adrien (en el sueño por supuesto), maté a la persona, o el vampiro que más amo. ¿si esa situación fuese real, haría lo mismo?

De repente oigo un ruido bastante lejano. Parece ser una conversación, más bien una discusión. El sonido es ensordesedor y algo escalofriante. Son muchas voces superpuestas, tanto femeninas como masculinas. Y todas hablan de lo mismo aunque no distingo bien el tema de su conversación.

Decido despertar a Adrien pero para mi sorpresa, ya está despierto.

-¿te he despertado? - pregunto muy despacio.

-no - me niega amablemente mientras se entretiene enrulando un mechón de mi cabello.

-¿y que te pasó, entonces?

-nada, sólo pesadillas.

-¿con mi padre? - pregunto.

- algo parecido. Si no te molesta no quiero hablar de ello - me responde sin soltar mi cabello - ¿y tú?

Por un momento dudo en decirle por una pesadilla. Pero no quiero preocuparlo más de lo que ya está con el tema de mis tormentosos sueños. Así que opto por contarle de las voces que escuché.

-¿pensarías que estoy loca si te dijera que oigo voces?

Adrien me mira perplejo.

-¿voces? ¿no serán psicofonías? - me interroga. Ni siquiera sé que son esas - puede que aparezcan al ser novicia vampira.

Rodeada de mordidas (RDC#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora