El despertador sonó con una lenta y suave melodía. Tetsu jamás había tenido un sueño profundo y aquel mínimo ruido ya conseguía despertarle sin sobresalto alguno. Apagó la alarma de su teléfono y miró la hora, las siete.
Se levantó enseguida, nunca había tenido problemas para ello. Al ir hacia el baño a darse una ducha, se encontró con la puerta cerrada de la habitación de su madre. Seguramente había estado toda la noche trabajando y había vuelto hace unos minutos o una hora como mucho. Apenas podía ver a su madre y no es que se llevasen mal, para nada, se llevaban muy bien y siempre le decía que él era lo más importante en su vida, pero el trabajo y la necesidad económica la obligaban a hacer esos extensos turnos que le alejaban lentamente de su hijo.
Aunque había llevado su mano hacia la manivela, decidió finalmente ni tocarla y marcharse a la ducha. Su madre estaría cansada y necesitaba descansar. Encendió el agua de la ducha y se desvistió sonrojándose al momento al verse frente al espejo una leve marca en su abdomen, seguramente prueba de lo que había hecho ayer con Aomine.
Tetsu se duchó y se terminó de arreglar con rapidez bajando con su bolsa para la universidad y saliendo de casa. Se sorprendió al ver allí a Aomine esperándole con su uniforme oscuro en la puerta.
- ¿Qué haces aquí, Daiki? – preguntó Tetsu sorprendido.
- Sabía que saldrías sin desayunar. Deberías cuidarte un poco más – le dijo dándole un zumo con unas pastas que acababa de comprar – Vamos, te acompaño al metro.
- Gracias – le dijo sonriendo cogiendo las cosas.
Caminaron juntos calle abajo hacia el metro mientras Tetsu se tomaba el zumo que le había traído Aomine y comía el bollo. Aomine sacó de su mochila otro bollo para desayunar con él y eso le hizo sonreír. Siempre desayunaba solo si es que lo hacía. Su madre llegaba cansada, a veces ni siquiera habían podido ir a hacer la compra así que a veces desayunaba solo y otras cuando no había nada, se iba a la Universidad y se compraba algo en el bar.
- Gracias, Daiki – le dijo mirando el bollo sonrojado.
- Ya me lo has agradecido, Tetsu – le dijo Aomine sin darle mucha importancia.
- Te he agradecido el desayuno, ahora te agradezco que me hagas compañía.
Aomine se detuvo en seco mirándole y sonrojándose. Sabía que Tetsu era muy dulce y realmente no había hecho todo esto porque se sintiera obligado o le diera lástima el chico, lo había hecho porque quería desayunar con él, estar a su lado todo el tiempo posible pese a saber que si les pillaban juntos estarían ambos metidos en grandes problemas, sobre todo Tetsu.
- Quizá no debería haber venido, no quiero causarte problemas.
- No coincido nunca con nadie hasta la universidad – dijo Tetsu – me alegra que hayas venido, me apetecía mucho desayunar contigo y volver a verte.
- Yo también deseaba verte de nuevo – comentó Aomine - ¿Has dormido bien?
- Sí – le sonrió.
Ambos chicos siguieron caminando hasta llegar a la estación. Por lo menos Tetsu empezaba a sonreír hablando con el que había sido siempre su mejor amigo. Cuando el metro iba a entrar en la estación, es cuando Tetsu se dio cuenta que en la salida podían pillarles juntos.
- Tu universidad está más lejos que la mía, ¿verdad? – preguntó Tetsu.
- Sí, a tres paradas más después de donde bajes.
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Un hilo para los rivales (Kuroko no Basuke, Aokuro)
FanfictionUna tradición del instituto cuenta que si dos personas se atan con un hilo azul estarán unidas para siempre. Aomine que no se cree en absoluto esa idea, acaba convenciendo a Kuroko de hacer la prueba la última noche del año. Como Aomine suponía, nad...