Capítulo 7: Compañeros

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El despertador sonó con una lenta y suave melodía. Tetsu jamás había tenido un sueño profundo y aquel mínimo ruido ya conseguía despertarle sin sobresalto alguno. Apagó la alarma de su teléfono y miró la hora, las siete.

Se levantó enseguida, nunca había tenido problemas para ello. Al ir hacia el baño a darse una ducha, se encontró con la puerta cerrada de la habitación de su madre. Seguramente había estado toda la noche trabajando y había vuelto hace unos minutos o una hora como mucho. Apenas podía ver a su madre y no es que se llevasen mal, para nada, se llevaban muy bien y siempre le decía que él era lo más importante en su vida, pero el trabajo y la necesidad económica la obligaban a hacer esos extensos turnos que le alejaban lentamente de su hijo.

Aunque había llevado su mano hacia la manivela, decidió finalmente ni tocarla y marcharse a la ducha. Su madre estaría cansada y necesitaba descansar. Encendió el agua de la ducha y se desvistió sonrojándose al momento al verse frente al espejo una leve marca en su abdomen, seguramente prueba de lo que había hecho ayer con Aomine.

Tetsu se duchó y se terminó de arreglar con rapidez bajando con su bolsa para la universidad y saliendo de casa. Se sorprendió al ver allí a Aomine esperándole con su uniforme oscuro en la puerta.

- ¿Qué haces aquí, Daiki? – preguntó Tetsu sorprendido.

- Sabía que saldrías sin desayunar. Deberías cuidarte un poco más – le dijo dándole un zumo con unas pastas que acababa de comprar – Vamos, te acompaño al metro.

- Gracias – le dijo sonriendo cogiendo las cosas.

Caminaron juntos calle abajo hacia el metro mientras Tetsu se tomaba el zumo que le había traído Aomine y comía el bollo. Aomine sacó de su mochila otro bollo para desayunar con él y eso le hizo sonreír. Siempre desayunaba solo si es que lo hacía. Su madre llegaba cansada, a veces ni siquiera habían podido ir a hacer la compra así que a veces desayunaba solo y otras cuando no había nada, se iba a la Universidad y se compraba algo en el bar.

- Gracias, Daiki – le dijo mirando el bollo sonrojado.

- Ya me lo has agradecido, Tetsu – le dijo Aomine sin darle mucha importancia.

- Te he agradecido el desayuno, ahora te agradezco que me hagas compañía.

Aomine se detuvo en seco mirándole y sonrojándose. Sabía que Tetsu era muy dulce y realmente no había hecho todo esto porque se sintiera obligado o le diera lástima el chico, lo había hecho porque quería desayunar con él, estar a su lado todo el tiempo posible pese a saber que si les pillaban juntos estarían ambos metidos en grandes problemas, sobre todo Tetsu.

- Quizá no debería haber venido, no quiero causarte problemas.

- No coincido nunca con nadie hasta la universidad – dijo Tetsu – me alegra que hayas venido, me apetecía mucho desayunar contigo y volver a verte.

- Yo también deseaba verte de nuevo – comentó Aomine - ¿Has dormido bien?

- Sí – le sonrió.

Ambos chicos siguieron caminando hasta llegar a la estación. Por lo menos Tetsu empezaba a sonreír hablando con el que había sido siempre su mejor amigo. Cuando el metro iba a entrar en la estación, es cuando Tetsu se dio cuenta que en la salida podían pillarles juntos.

- Tu universidad está más lejos que la mía, ¿verdad? – preguntó Tetsu.

- Sí, a tres paradas más después de donde bajes.

Un hilo para los rivales (Kuroko no Basuke, Aokuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora