6. Período de prueba.

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Rose, a mi lado, bufó y se cruzó de brazos. Al parecer, ella también se había dado cuenta de sus intenciones. Y sabía más que yo.

-Si vuelven a hacer lo mismo que ayer, Lily no se los perdonara.

-¿Qué hicieron ayer? -inquirí, confundido.

-Nada importante... -repitió Lorcan.

-Connor no se lo merece -insistió Rose.

-Morrison no se merece a Lily, así que ya qué.

Connor Morrison era el novio de Lily desde el inicio de las vacaciones. Lo único que los mantenía unidos y relacionaba era el título, ya que nunca los había visto juntos, apenas y tenían tema de conversación. Connor sólo era un chico al que muchas creían guapo y, como estaba colado por Lily, a ella no pareció molestarle el intentarlo... seguro que sólo para enojar a Lorcan.

Aunque no lo admitiera, yo sabía que a mi hermana le gustaba ver a Lorcan tan celoso. En realidad, a todo el mundo le divertía.

Escuché el ruido de las sillas de metal arrastrándose contra el piso, lo que me indicaba que en cualquier momento los alumnos saldrían hacia los pasillos para su próxima clase. Eran demasiado ruidosos, tanto que pude escuchar desde afuera los gritos de Teddy recordándoles los deberes para la semana que viene.

Para mi suerte, Lily fue una de las primeras en salir acompañada de Elliot. Parecían discutir sobre un libro, mientras que Connor caminaba junto a ellos cargando la mochila de mi hermana. Por detrás, Juliette y Hugo se burlaban de Ives.

-Hola, preciosa -saludó Lorcan, como si fuera lo más normal del mundo llamar a una chica así frente a su hermano y el novio.

Bueno, en realidad nunca le había importado si yo estaba en frente o no. Ni siquiera le importaba James.

-Muérete, Scamander -murmuró Lily, sin siquiera mirarlo.

El rostro de Connor estaba contraído de la furia. Se paró en seco justo cuando estaba pasando junto a Lorcan. Comenzó a respirar profundamente, como si estuviera conteniendo las ganas de noquearlo allí mismo, y se sacó con una mano la mochila de Lily del hombro para golpear con ella a Hugo en el pecho. Mi primo la tomó confundido y con expresión de alerta, como si supiera lo que vendría a continuación.

-¿Qué pasa, Morrison? -dijo Lorcan, con su típica sonrisa arrogante-. ¿No puedes cargar con la mochila? ¿Ni siquiera puedes hacer eso?

El novio de Lily se mordió los labios y apretó los puños, con sus rizos castaños cayendo sobre su frente. Tenía la sensación de que esto no terminaría bien, que en cualquier momento alguno de los debería visitar a Madame Pomfrey. Olía a ansias de sangre y ansiedad, con una campaña a lo lejos anunciando que la paciencia de Connor había llegado a su límite. Seguramente que no era la primera vez que Lorcan lo hacía.

-Ya te lo he dicho ayer, Scamander. Que no volvieras a abrir tu boca.

-¿Se supone que debo tenerte miedo? Además... ¿Por qué tendría que cerrar la boca? Te estoy haciendo un cumplido: tienes una novia que esta buenísima.

-Cierra la boca -gruñó Connor entre dientes, y antes de que pudiera darme cuenta, sacó la varita del bolsillo trasero de su pantalón-: ¡Desmaius!

Lorcan evitó el hechizo por los pelos, ensanchando aún más su sonrisa. Estaba tranquilo, porque seguramente todo era parte de sus arriesgados planes que aunque nadie lo crea, siempre salen bien. Lysander, desde la otra punta, esbozó una sonrisa ladina y Hugo negó desaprobatoriamente con su cabeza mientras se apoyaba en uno de los marcos del umbral, relajándose.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelOnde histórias criam vida. Descubra agora