11. Deudas saldadas para hijos de puta.

2.7K 191 0
                                    

Brooke

La clase de la Srita. Tompson se estaba tornando muy aburrida... Demasiado para mi gusto.

Ámbar estaba leyendo su libro abajo del banco, para que la profesora no la descubra; Gracie estaba profundamente dormida; y Merlina estaba escuchando música, con una mirada directa hacia la nada misma.

Yo comencé a dibujar un poco de mis locos sueños en mi libreta. Cuando comenzaba a dibujar, mi cuerpo se despegaba de la tierra. Me aislaba en un círculo, que solo veía yo.

Me di cuenta que la clase había terminado, cuando la campana sonó. Me levante de mi asiento y saludé a mis amigas. Finalmente era hora de ir a casa.

Camine rápidamente hasta mi casillero, pero alguien tomó mi brazo bruscamente y me llevo sobre otro de los casilleros.

— Pier Demont—sonrió.— Un gusto —Lo mire sin comprender. Mi mirada estaba perdida. No entendía porque, ni cómo, pero estaba perdida.

— Disculpa, Pier. No sé quién eres, ni porque me agarraste bruscamente contra los casilleros... Pero supongo que esto tiene algún tipo de lógica explicación  —El solo se me quedó mirando.

— Pues no, solo quería llevarte a tu casa.

— ¿Ah?

— Ahora. Tranquila no soy ningún criminal, corazón.

— ¡Wow! Emm... Creo que... Si. Dime Pier Demont, ¿por qué  yo? ¿Por qué ahora?

— Solo se vive una vez, niña. Me pareciste atractiva y en vez de esperar como un idiota... Prefiero decirte ahora por lo menos, de que vengas conmigo —De la nada una sonrisa, que dejaba ver su perfecta dentadura, se dibujó en su cara.

— Bien... —Comenzamos a caminar hacia la salida.

— Espero que no te moleste. Mi vehículo es una moto —El se subió a ella.

— Okay... Esto es raro. Acabo de aceptar que un tipo que recién conozco me lleve a casa...

— Pier —corrigió.

— Y tienes una maldita moto. Odio las motos. Mi primo casi se mata con una.

— Evidentemente tu primo, estaba haciendo algo mal al conducirla. Si lo haces bien y con cuidado... Y sigues los pasos de seguridad nada malo podrá pasarte —Dijo extendiéndome el casco. Yo me lo abroché. Y el tipo arrancó.

Pier usaba una chaqueta de cuero, y unos jeans... La típica vestimenta de chico malo. Era atractivo si, pero raro a la vez. El llevaba un acento francés, como su nombre.

— Soy Brooke, por cierto —dije bajando de la moto.

— Bien Brooklyn, un placer llevarte. Luces espléndida hasta con el uniforme de la escuela.

— ¿Por qué jamás te había visto en la escuela antes?

— Soy nuevo. Vinimos con mi familia desde Francia.

— Oh, yo he ido. ¿Paris?

— No, un pueblo cerca de París. Aunque no llega a ser París, París.

— Dejame decirte que, junto con Praga, son mis capitales de la moda favoritas —El rió.

— Bueno Brooklyn, debo irme —El beso mi mano, y arrancó su moto.

Cuando Pier me decía Brooklyn no sonaba como, cuando Dylan lo decía. El "Brooklyn", de Pier, sonaba sexy.

...

Estaba acostada en mi cuarto escuchando La vie en Rose. No sé desde que hora estoy así, pero ahora tarareo la canción cada vez más y más veces, mientras bailo en círculo. Definitivamente estoy en plan idiota.

Ya casi son las doce, así que salgo de mi cuarto por la ventana, para encontrarme con Dylan.

Había mucha niebla en la plaza. Estaba muy oscuro... Hasta que...Lo vi sentado en una banca, usando su celular.

— Hola —saludé.

— Brooke, hola.

— ¿Qué haremos?

— Vayamos a joder a Lucca. No vive muy lejos.

— Ese hijo de puta... ¡Pagará lo que hizo!

La noche estaba fría. Solo llevaba unos shorts, del piyama, y una campera. Las luces de los reflectores de las casas alumbraban demasiado. Los árboles movían sus hojas de un lado a otro.

Lucca se iba a llevar una grata sorpresa al enterarse que su shampoo había sido cambiado por pasta de dientes y un par de ingredientes más... Tiramos toda su ropa por la ventana; a esto el tipo solo dormía. El jamás se dió cuenta de nada.

...

— He pasado una buena noche Brooklyn. Gracias.

— Montesco, un placer —dije haciendo señas con mis manos, mientras entraba por la ventana de mi casa.

— Brooky —Felipe me alumbró con una linterna, entrando a mi cuarto. Me sorprendió justo entrando.

— Fe...

— Te lo dije —rió.— Eres débil. Lo sabía. El vecino te conquistó.

Caminé, rápidamente, hasta el y agarre una tijera de mi escritorio.

— Vuelves a repetirlo y tu cabello no estará más —sonreí abriendo y cerrando la tijera.— ¿Comprendes? —El asintió con su cabeza.— Ahora ve a dormir. Sal de mi cuarto... —Se me quedó mirando asustado— ¡YA FELIPE! —grité.

Otro trabajo hecho por Brooklyn, la pequeña mocosa consentida. Ahora a enfocarme en Pier. No creo que sea el indicado... Debe ser un maldito charlatán, pero bueno para pasar el rato...

<<Oh Brooke eres una loquilla>>

Lo sé. Sonreí.

Familias en Guerra.Where stories live. Discover now