The only exception

II

Una mujer de cabellos cafés era conducida por el pequeño hacia afuera, lo buena de esa casa era que no había tantas escaleras y ella ya la conocía de memoria, así que era imposible que se lastimara, además, su hijo siempre la ayudaba con todo.

―Eren, ¿ya terminaste tu tarea, cariño?

―Ya casi, mamá ―respondía él, aunque ese día sonaba menos optimista que de costumbre, incluso el tono de su voz era algo lastimoso

―Y ¿qué hiciste en la escuela hoy? ―preguntó ella sentándose a su lado, la sala era una estancia pequeña con una larga puerta de cristal que daba al jardín, donde ella plantaba cientos de flores y algo más.

―Lo de siempre, la maestra dice que necesito leer más y eso...

―¿Y? ¿No se te está olvidando decirme algo?

―No

―No me parece, ¿qué te pasó que suenas tan triste?

―Mamá, ¿cómo es no poder ver nada? ―preguntó por fin, mirándola con sus grandes ojos verdes que brillaban por las lágrimas que había derramado hacía un rato.

Ella sonrió y abrió los ojos, nunca lo hacía, era casi un reflejo que siempre estuvieran cerrados.

―¿Mamá? ―dijo de nuevo, recordando lo que sus compañeros habían dicho de ella, que su mamá era inútil y que estaba "ciega" por su culpa, se habían burlado de él... Pero ¿ellos qué sabían? Sus madres eran totalmente normales, iban a recogerlos a la escuela y los felicitaban si sacaban una buena nota...

"¿Y tú mamá?" "Se quedó en casa" Respondía tratando de evadir las preguntas, pero era inútil, luego de que ellos se enteraran no lo dejaron en paz.

―¿Quieres saber? ―dijo su mamá acunando su rostro con las manos, Eren asintió

―Sí, quiero saber ―respondió, relajándose un poco.

―¿Qué ves ahora?

―¿Cómo que qué veo? Pues la sala, allá está la vieja tele que nunca me dejas ver y el librero de papá y los sillones, las masetas con tus plantas

―Cierra tus ojos

Él obedeció, en realidad cuando uno cerraba los ojos veía o mucha oscuridad o mucha luz, dependiendo del lugar donde estuviera. No era lo mismo a estar ciego "completamente", de hecho las personas con esa discapacidad rara vez no percibían nada, siempre eran sensibles a la luz o a la oscuridad, así que aquella era buena simulación.

―¿Qué ves ahora? ―preguntó ella

―Nada

―No es cierto, yo sí veo algo

―¿¡Cómo!? ―dijo curioso, entreabriendo los ojos, y sonriendo por fin.

―Con esto ―y señaló su pecho, Eren se confundió

―¿Con el pecho?

―No, con algo que está más adentro

―¿Y qué es?

―Vamos, adivina

―¿Con los... cómo se llaman... pulmones?

―No ―ella se rio, él todavía estaba confundido

―¿Entonces con qué?

―Con el corazón, Eren, algunos sólo vemos con el corazón

Después de eso Eren se preguntó cuál era la diferencia entre ver con el corazón a ver con los ojos, ¿no era lo mismo? ¿O sólo algunas personas podían hacer eso...?