Se me ruborizaron las mejillas y estaba sin hablar. Le envolví la cintura con mi brazo y le di un apretón y él me lo devolvió. Me apoyé contra él e hicimos el paseo en silencio por la arena fresca al muelle. Subimos las escaleras y caminamos por el muelle hasta el punto más lejos. Entre las luces en el muelle y la luz tan brillante de la luna, no estábamos en la oscuridad.

Me puse las manos sobre la barandilla y Niall se puso detrás de mí, envolviéndome la cintura con los brazos y descansando su barbilla en mi hombro. La luz de las estrellas parecía algo apagada por las luces que había. Sin embargo, la escena que estaba ante nosotros era bellísima. El aire salado y las ondas rompiéndose sobre la orilla debajo del muelle me relajaban. Me apoyé aún más contra Niall y decidí hacerle la pregunta que había estado rondándome por la cabeza por varios días.

“Niall, ¿te puedo hacer una pregunta?”

Él me besó el cuello y dijo, “Por supuesto.”

“¿Dónde está tu padre? Lo pregunto porque Greg siempre está contigo y nunca lo mencionas.”

Niall suspiró y pasó unos minutes en silencio. 

“El día que mi madre se murió, no vine directamente a casa como solía hacer. Quería pasar algo de tiempo con mis amigos y cuando llegué a casa, la encontré colapsada en el piso. Ya estaba muerta, pero intenté salvarla. Mi padre llegó a casa y se enteró de que yo no estaba allí cuando pasó. Estaba devastado y enojado porque se murió sola. Echó la culpa sobre mí por no estar allí para salvarla."

“Mi padre empezó a beber mucho. Se va al trabajo, llega a casa para emborracharse, y repite el proceso al día siguiente. Siempre tengo a Greg conmigo porque no necesita estar allí para verlo más de lo necesario. Además, cuando está conmigo está vigilado. Desde entonces, mi padre trabaja para ganar el dinero, pero yo cuido de todo lo demás.”

Me apoyé la cabeza contra la suya. 

“Oh, Niall, lo siento tanto.”

“Ya estoy acostumbrado. Sólo espero que supere su enojo y que deje de beber. Greg lo echa de menos. Diablos, yo lo echo de menos."

“No te culpas, ¿verdad?” le pregunté, preocupada. 

“Lo hacía. A veces todavía lo hago.”

Me di la vuelta en sus brazos y le puse una mano en la mejilla. Se apoyó más contra mi mano y se cerró los ojos. 

“No puedes pensar eso. No la mataste. El cáncer te la llevó. No fuiste tú. No es culpa tuya. No habría querido que estuvieras allí cuando pasara de todos modos.”

Una lágrima se le cayó de los ojos cerrados y yo se la quité. Apoyó su frente contra la mía y yo le envolví con mis brazos. Esperaba para que abriera sus ojos y después de unos minutos lo hizo. Me dio un beso suave y dijo, “Gracias. Ahora disfrutémonos de esta vista antes de que tengamos que salir.”

Me giró en sus brazos y volvió a apoyarse la barbilla en mi hombro. Nos quedamos allí en un silencio cómodo y me sentía en una relación más íntima con él que antes. Contaba por mucho el poder estar en silencio con alguien y sentirse contento.

Levanté su mano de mi cintura para mirarle el reloj. Faltaba un cuarto para las diez. Por dios, el tiempo se había pasado volando. 

“Debemos irnos para casa,” le susurré, sin querer hacerlo para nada.

“Sólo unos minutos más,” dijo Niall mientras me besaba el cuello suavemente. Me apoyé más contra él, tomando mucho placer en la seguridad que me daba. Niall seguía adornándome el cuello con besos suaves que no duraban bastante. 

Dulzura. ~Niall y Tu~ TERMINADA.Where stories live. Discover now