Capitulo 17

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A regañadientes me levante. La alarma no paraba de sonar y ya me estaba hartando y bastante. Me desperecé como pude en la cama y me levante bostezando. Baje a la cocina a desayunar con mis padres. Hoy debía trabajar en la librería, ayer a la tarde fui a preguntar y gracias a la amable anciana de la librería me dio trabajo hasta que cumpla los 8 meses, los cuales solo faltaban 4 meses. Esto de levantarme temprano no iba con migo, jamás fue bueno levantarme temprano para mí, la última vez que me levantaba temprano era para ir al colegio y luego con Ethan... no.

Debo dejar de pensar en él, por Dios, ni siquiera debo nombrarlo.

-Eh, ¿a alguien le cuesta levantarse temprano?- rio mi padre.

-Buenos días- le di un beso en la mejilla a cada uno.

Desayunamos unas tortitas riquísimas que mama hizo con jalea de frambuesa.

Subí a mi cuarto y me coloque mi abrigo, ya que afuera había sol pero estaba frio. Salí de casa despidiendo a mis padres y cuando toque el pavimento un auto de color negro con los vidrios del mismo color se estaciono frente a mí. Mi corazón comenzó a latir más rápido, ¿Qué era esto? Del auto bajo Thomas junto con otra persona más. Al ver a Thomas quise huir, salir de allí, pero las piernas no me respondían y mi cerebro tampoco.

Thomas me agarro de las piernas y el otro hombre se colocó detrás de mí. Mi primer impulso fue gritarles.

-¡Thomas! ¿Qué carajos haces?- le grite.

Él solo me subió al auto y me encerraron con trabas, luego subieron ellos y comenzaron a conducir el auto... me calme ya que supuse lo que van a hacer, me quieren llevar con Ethan.

-Yo no quiero hablar con él- cruce los brazos sobre mi pecho.

-Él te necesita, Esperanza- Thomas me miro sobre su hombro rápidamente, luego desvió su mirada hacia la carretera.

-Yo no lo necesito. Quiero tratar de olvidarlo, no me hagas esto Thomas, él me hace mal.

-Lo siento Esperanza, él es mi jefe y me mando a buscarte- me dijo. Suspire frustrada y me acurruque en el asiento trasero, no me quedaba otra que esperar ya que al parecer iba a ser largo el camino.

Cerré mis ojos y sin querer me dormí.

***

-Despierta... mi amor...- dijo una voz suave.

Me removí un poco en el asiento, me dolía toda la espalda. Abrí mis ojos y Ethan estaba frente a mí con una sonrisa y me acariciaba la mejilla con la palma de su mano, capullo siempre se ve tan bien.

-Déjame- retire la cara. Él me dejo sin chistar.

Me tendió la mano para poder salir del auto pero no se la acepte, salí sola como pude. Me estire una vez afuera y mire a mí alrededor ¿Dónde estaba?

Estábamos en un barrio muy bonito, lleno de casas de colores, todas de un piso, sencillas pero a la vez se notaban que eran caras. En el barrio había niños jugando, ancianos sentados afuera en las bancas. Volví a mirar a Ethan quien me observaba persuasivo, esperando una reacción mía, yo solo me encogí de hombros... pues, no sabía que decir.

-Esta casa- me señalo a la casa color rosa pastel frente de mí- es tuya, te la compre para ti. Quiero que vivas aquí.

-No lo hare- cruce mis brazos debajo de mi pecho.

-Por favor amor, necesito saber que estas bien- suspiro cansado. Su cara estaba como opaca, no tenía el mismo brillo en sus ojos y tenía unas ojeras impresionantes en su cara.

-Primero no me llames amor. Y segundo, estoy bastante bien en la casa de mis padres...

-¿Ah, sí? Aquellos que no aceptaron a nuestro niño... mira también es mi hijo Esperanza y mientras este dentro tuyo yo necesito que tenga un buen hogar y tú también te mereces un hermoso hogar porque eres la mujer a la que amo, a la que necesito saber que está bien, a la que jamás la voy a traicionar o jamás te voy a dejar de decirte amor, porque me nace y quiero decirte amor. Que te quede claro, nada más.

Suspire... Dios, este hombre me volvía loca.

-¿Y que fue eso que hiciste con Erika?

El rasco su nuca.

-No lo sé. Yo solo... ella y mi padre me amenazaron que te tenían y que te matarían si no me casaba con Erika, les creí por tonto que soy y he firmado un papel en donde acepto dentro de dos meses la boda... luego, Thomas me dijo que te vio en una esquina, en una librería y les rogué que te busquen, te sigan, siguieron a tus papas y cuando te vi recién en el auto dormida, me alegre como nunca lo había hecho. Sabía que estabas bien, que estabas sana... Erika y mi padre si se enteran de que te encontré te mataran, porque los conozco, son personas malévolas, entonces necesito que tu estés bien aquí y protegida.

-Lo pensare, pero no te prometo nada...- temía hacerle la última pregunta, pero necesitaba preguntar- ¿te vas a casar con ella?

-Sí, mi amor... ya firme ese contrato, lo siento...

-¿Y así va a terminar lo nuestro?- le pregunte al borde de las lágrimas.

-No lo sé... espero que no, pero te prometo que de mi hijo o hija no me iré de su lado. Solo que no puedo estar contigo, porque tengo miedo que te hagan daño y no lo permitiré.

Limpie una lágrima.

-Te amo- le dije.

-Te amo mucho más- me dijo.

Le sonreí tristemente... tal vez jamás lo volvería a tener para mí.

-Prometo hacer algo, yo quiero estar contigo.

No, iba a ser complicado estar juntos... siempre iba a ser complicado, aunque quisiera, hay veces que se tiene que decir que no.

-Yo quiero irme a mi casa.

El asintió y juntos subimos al auto. En el camino ninguno de los dos hablo, solo cada tanto nos observábamos... pero ya sabía que tal vez no lo iba a recuperar. Aunque eso no significa que me daré por vencida tan fácil.

Embarazada en apurosWhere stories live. Discover now