Capitulo 3

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Estaba aburrida, muy aburrida. Me pasaba todo el día encerrada en la habitación, y si salía era para pelear con la comprometida de Ethan o para comer, nada más.

Ya llevaba un mes de embarazo y cada vez se me antojaban más cosas, como ahora, que tenía ganas de comerme una tremenda hamburguesa.

Quería ir a decirle a Ethan que su hijo o hija necesitaba comida, mis antojos. Pero cada vez que iba él estaba ocupado y no podía dejar sus asuntos por la madre de su hijo o hija.

Estaba harta de todo esto. Pero sabía que si me iba de esta casa me iba a morir en malas condiciones tirada en la calle, y por mi hijo o hija no quería eso.

Baje las escaleras y fui directo al despacho de Ethan, toque la puerta suavemente.

-Pase.

Su voz grave resonó. Estaba sentado en el sillón con un vaso de whisky en la mano, en la otra el periódico de finanzas y sus gafas para leer en medio de la nariz que lo hacían un viejo.

-Hola...- entre tímidamente a su despacho y puse mis brazos en jarra, me sentía tan incómoda con su mirada y no se... pero puedo apostar que se asomo una leve sonrisa.

-¿Qué pasa, Esperanza?- se levanto de su sillón y se acercó a mi.

-Antojos.- le dije con sonrisa inocente.

Suspiro y se puso al frente de la ventana que tenía allí, iba desde el piso al techo. Se podía observar una bonita vista del patio trasero de la casa.

-Siempre tienes antojos, Esperanza.

-Pues sí, Ethan estoy embarazada. Creo que no te ha llegado la información de que un idiota de 27 años me embarazo.

Esperanza, por Dios qué dijiste. Ay, me arrepiento. Por parte sí estaba molesta, un hombre como él sabía perfectamente que una embarazada normal siempre tenía antojos... no le importaba yo, si no que esta criatura que llevaba dentro.

-Esperanza.- llego a mi furioso.

-¿Qué Ethan? Es obvio que ni te importo...- me cruce de brazos enfrentándolo.

- Tengo mucho trabajo y... ¿Sabes qué? No estoy para soportar que una niñata malcriada me diga cosas incoherentes.- gritó.

Oh, no. Ethan esta vez te has pasado... nunca antes me había gritado, ni siquiera cuando se entero que iba a ser papá.

Él pareció arrepentirse.- Esperanza, yo...

Salí del despacho furiosa con un portazo. Podía ser una cualquiera para él, pero al menos que me tratara bien ese idiota.

-Sí esta embarazada...

Se escucho la voz chillona de Erika, la prometida de Ethan. Me acerque a la puerta de la cocina y vi que Erika estaba hablando con alguien por teléfono, sentada en una silla de la cocina.

-Sí... no se cómo... es una niñata, esta embarazada y Ethan le tiene lástima...

Estaba hablando de mi la muy desgraciada. Dios, no veo la hora de irme de esta casa. No aguanto ni a Erika ni Ethan.

-No debe saber ni quién es el padre...- Erika se rió.- es una niñata... y sobre todo es fea y ahora gorda.- rió.

Todo el mundo me trataba como una basura en esta casa. Salí corriendo hacia afuera de la casa y llore en los primeros escalones de la entrada.

Erika te odio.

Ethan te odio.

Mamá te odio.

Papá te odio.

Y así... cada vez más iban siendo los de la lista de odio.

-Señorita...

Una voz gruesa se escucho detrás de mi. Me levante, deje de llorar y me di vuelta.

-Hola...- le dije.

Era un chico más o menos de mi edad, tenía el cabello rubio y unos bellos ojos verde, tenía la piel clara y vestía un elegante traje con corbata y saco de color negro.

¿Trabajaba para Ethan? Nunca lo había visto por aquí...

-Hola.- me dijo con una gran sonrisa.

-Mmm... lo siento, voy adentro...- me aparte de su lado y entre a la casa.

-No, espere. ¿Quiere que la lleve a algún lado?

Me gire, lo observe y asentí con la cabeza. Era el chófer de Ethan...

***
-¿Quieres venir conmigo?- le pregunte con una sonrisa antes de bajar del auto.

-No señorita...

-Dime Esperanza.

-Esperanza.- dijo con una hermosa sonrisa.

-Quiero que vengas, Thomas, no quiero estar sola. Plisss...- le dije con cara de perrito triste.

Rió y al fin aceptó.
***
-Mmh...- moví mi dedo sobre mis labios.- quiero una hamburguesa grande con patatas y una gaseosa Coca-Cola.

-Yo quiero una hamburguesa mediana con una gaseosa Coca-Cola. Gracias.

Nos sentamos en el patio de comidas a terminar nuestro almuerzo, estaba feliz... después de tanto, podía decir que la sonrisa era verdadera. Thomas me hacía feliz.

-No sabía que alguien con ese cuerpo pueda comer tanto y seguir teniendo ese cuerpo...- dijo refiriéndose a mí.

Reí.

-Pues... tengo un haz bajo la manga.- dije y me metí una patata a la boca.

-¿Estas embarazada?

Tosí, maldita patata, me había ahogado.

-Emm... sí.

-Tranquila, no te voy a juzgar ni nada- me dijo con una sonrisa. Yo también soreí.- me dijo el señor Ethan- era raro que llamaran a Ethan como "señor"- me avisó que estarías en la casa y que si necesitabas ir a algún lado te llevaría sin problemas.

Embarazada en apurosWhere stories live. Discover now