Seguí a Beth por detrás observando sus movimientos tímidos. Entramos a una casa donde se podía observar que practicaban golf. Separándome un poco de ella camine a otra habitación viendo un pañuelo con sangre fresca con hilo y aguja.
Un grito hizo que girara empezando a correr. Beth luchaba con un caminante reventó la botella que traía en mano y se la enterro en la cabeza.
—¿Por qué no hiciste nada? —pregunta.
—Dijiste que te podías cuidar sola, eso hiciste —respondi caminando pasándola de largo.
Entramos a una licoreria, Beth sonrió empezó a buscar que beber mientras que yo tome unos dardos comenzando a jugar con ellos. El llanto de Beth hizo que parara y me girara rompiendo su vaso.
—¿Qué hiciste? —pregunta.
—No dejare que tomes esa cosa asquerosa. Sígueme.
Mientras que caminamos se le notaba demasiado decaída. —Encontre esta casa junto con Calí en una de nuestras expediciones. —informe pero ella no contesto, sacando aquella caja de agua ardiente nos adentramos a la casa.
—Papá decía que esto te podía dejar ciego. —dice Beth jugando con el vaso
—Bueno no hay nada interesante que ver —respondí comenzando asegurar las ventanas.
—¿No tomaras?
—Alguien tiene que hacer guardia.
—Vamos esta tranquilo, juguemos yo pregunto y si los has hecho tomas un trago.
Asenti sentándome enfrente de ella mientras que tome un vaso.
—Yo nunca fume. —dice, bebí.
—Yo nunca tuve un perro. —dije, bebió.
—Yo nunca dispare una ballesta. —contesta, bebí.
Cosas estúpidas pasaron dentro de unos minutos.
—Yo nunca estuve en la cárcel.
Trague saliva viéndola fijamente, mientras frunci mi ceño.
—¿Eso piensas de mi?
—No, solo es una pregunta. Hasta papa estuvo en la cárcel. —se excusa
Me levante de golpe mientras que la veía fijamente.
—¡No, Ahora voy yo ¿No?, Nunca me corte las venas para llamas la atencion! —grite.
—¡Daryl, tranquilo!
—¿Sabes qué? ¡Yo nunca salí de vacaciones ni a un campamento, jamás llore hasta quedarme dormida!—un caminante empezó a gruñir— ¡Alguien mas quiere jugar!
Avente la botella al suelo y salí, dispare incrustandolo al árbol.
—¡Nunca disparaste una ballesta ¿Verdad? Ahora lo vas hacer!— grite mientras la tome de la muñeca a colocandola enfrente mio.
—La estas lastimando. —susurra Calíope en mi oído haciendo que gire pero no había nadie.
El caminante gruñia más fuerte Beth avento mi Ballesta y se acercó al caminante matandolo.
—¡Me estaba divirtiendo! —grite.
—¡Se supone que no es divertido matarlos! ¡Estabas comportándote como un idiota!
— ¡¿Tu qué sabes?! ¡Perdiste a tu papá, a tu hermana! ¿Y qué haces? ¡Buscas alcohol como una ramera universitaria!
— ¡Deja de comportarte como si nada te importará!
Me quede callado apretando los labios.
—Claro que me importa —confese haciendo que Beth me mirara fijamente —Perdimos al grupo. Todo fue mi culpa, si tan solo no hubiera dejado de buscar al gobernador, mi pequeña Calí estaría aquí. La perdí enfrente de mis ojos. ¡Fue mi culpa! ¡Yo la mate!
—¡Daryl, Basta!
Le di la espalda sintiendo lágrimas caer de mis ojos y saque la fotografía, aquella fotografía que le tome.
—No debí dejar de buscar, yo la mate—susurre.
Sentí unos brazos rodearme la cintura, agache mi cabeza observando la foto.
Ya no estabas, y quizá tan solo un quizá fue mi culpa.
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