capitulo. 4. los problemas se aproximan.

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Odiar seria poco lo que siento hacia el profesor de química. Ni porque le rogué, ni porque le ofrecí dinero que ningún otro alumno le podría dar, no me dejó trabajar sola.

Bueno, probablemente pensó que mentía con cierta cantidad que dije.

-Te valgo mierda - dijo en un susurro Aaron.

-Nooo- digo con amabilidad que hasta yo me sorprendía - es que...

Silencio incomodo...

-¿Es que?- me alienta a que siga.

—Nada — Mentí. No planeaba decirle todas las burlas que tuve, es decir, ni siquiera a mis padres les contaba mis problemas sobre mi físico.

-Quiero que sepas que sea lo que sea, estaré contigo —

-Siempre los que dicen eso...- tomo una bocanada de aire- son los primeros en irse.

Me frota mi espalda alta en signo reconfortador y tranquilidad extrema.

-Creeme, estaré contigo hasta el ultimo de mis días— y con eso me regala un beso en las comisuras de mis labios. - quería un beso tuyo-

Me sonroje, no pude evitar la emoción plasmada en mi rostro hasta que — Tranquila, es una broma.

Estaba a punto de insultarlo, pero el profesor Allan nos interrumpe.

-Harrison, Clayton a dirección—

-con gusto— digo con una sonrisa sarcástica.

-cuidado con la gorda - se escuchó una voz femenina decir, y de inmediato se quién es. Estella. La puta pelirroja.

Decido retirarme lo más pronto posible para no terminar mi día en una cárcel. Esto no se iba quedar así, la iba a amenazar, claro, pero esto no se quedaría así.

-¿A donde vas?- la voz de Aaron hace que pare en seco y me voltee con brusquedad hacia él.

-Al bosque –

-No, vendrás conmigo,—dijo acercándose a mi lentamente, como si estuviese pidiendo permiso para estar frente a mí. No se que rayos pasó, pero me encuentro sujetada de la mano de él, el chico guapo llamado Aaron, no puedo negar lo bien que se siente, pero la duda ahora me carcomía... A dónde rayos vamos.

-¿A dónde vamos?- digo mientras entramos al estacionamiento del instituto.

-A tu casa, no quiero verte en una pelea —

-¡ A que amable de tu parte — digo irónicamente.

Entrecerró los ojos —Vendré por tus hermanos luego.

—¿Sabés? Aún no sé qué es peor— comenté.

—¿A qué te refieres?– dijo mientras fruncía el ceño.

—No sé es peor, que me lleves a casa, o, el beso en la comisura del labio – Estaba mintiendo, me parecía increíble este día, y eso que he tenido días fabulosos.

—Pues, punto uno – subió al auto igual que yo— Te estoy salvando de ir a la cárcel, y dos ¿quieres otro.

Me estaba sonrojando mas de lo normal, podía sentir mi sangre caliente. Negué con la cabeza y sonreí.
El silencio gobiernó el auto de Aaron, pero de una buena manera, relajante.

Me encontraba en el asiento trasero, no podría soportar la presencia de el demasiado cerca sin que yo piense en cobrarle el beso, y aunque lo hiciera me daría terror, me da miedo saber que  yo podría matar a la persona que logra sacarme de mi ensimismo de ira y odio. Me aterraba saber que quizás no volveré a encontrar a alguien que me trate tan bien como lo hace Aaron.

-¿Puedes decirme lo que estas pensando?- dijo viéndome desde el espejo retrovisor

-¿El pensamiento es de la cabeza de uno verdad?- pregunté y esperé a que asienta- ¿o sea que  trata de esa persona, es personal verdad?- vuelvo a esperar y el asiente- pues entonces mis pensamientos son personales- al decirlo no puedo evitar una gran carcajada que inunda todo el auto. El hace una mueca disgustado y me regala un guiño de ojo.

-Eres mala- dice.

Ese chiste era malisimo, es más, me preguntaba si era ilegal. Estaba consiente que no era gracioso.

-En todo momento, todo el dia, en todo lugar y con todas las personas- digo orgullosa.

-Quisiere ver cuan mala eres en mi casa- no puedo evitar abrir demasiado los ojos ante lo que él dijo y lo que dije yo.

-No, losiento, yo no insinuaba qie....- me tapo la cara por la vergüenza teñida en rojo en mi rosto y sin que pueda detenerlas digo- la he cagado ¿no?.

-No- dice volteandome ha ver,- pero de verdad, quisiera saberlo.

- en tus sueños- digo a la defensiva.

- si supieras....

-IDIOTA, SACA A MI HIJA DE ALLI.

Resuena la voz de mi padre salir por la casa, no sé en que momento llegamos o como carajos supo donde vivía, lo único que me preocupa es que mi padre descuartice a Aaron.

El miedo más grande que tengo es saber que no estará conmigo o si el oído biónico de mi padre escuchó las insinuaciones de Aaron.

-BAJA, AHORA- y con eso saca mi chico de su auto.

Ahora si.... los problemas se aproximan.

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Foto de Aaron en el carro.

La Gorda Y El Vampiro Où les histoires vivent. Découvrez maintenant