Adiós.

928 79 13
                                    

SHAWN

Max se arreglaba su corbata, Nick sus zapatos y yo mi esmoquin.
Nuestros padres estaban sentados en las gradas del lugar.
Era nuestra graduación.
Nick insistía en mandarle mensajes a Ariana para que llegara a tiempo (cosa casi imposible para mi prima).

Estaba resignado a no ver a Zoey por última vez.
Pero confiaba en que el destino nos volviera a encontrar algún día.
Destino.
Nunca me detuve a pensar en esa palabra con claridad; muchos dicen que tú creas el tuyo propio, y otros se dejan llevar por él. No creo en él, pero tampoco dejo de confiar.
Después de que las sillas estuvieran llenas, todos nosotros sentados y todos los padres alrededor, la directora tomo su lugar al frente de nosotros junto a los demás profesores.

-《Jóvenes, tres años han pasado, llegaron a su meta. Los felicito.
Durante todo este tiempo, han aprendido cosas, algunas buenas otras mañas; cada uno lleva consigo los buenos y los malos momentos en esta institución; todos hemos aprendido de todos. Pero como dicen: todo lo que empieza, acaba.
Hoy ustedes se despiden de sus compañeros, de sus maestros, de su aula, tal vez hasta de su familia, pero no es sino para crecer, para seguir siendo capaces de enfrentar cualquier barrera que se les cruce por enfrente.
Porque son capaces, lo sé. Confío en que frente a mi tenga a los mejores médicos, enfermeras, maestros, científicos de nuestra actualidad. La vida es una improvisación, nadie sabe lo que va a pasar mañana; este mundo nos necesita a todos, aunque parezco que todo allá afuera se este desmoronando, es el mejor momento para levantarse y no dejarse caer.
NUNCA ABANDONEN SUS SUEÑOS.
El secreto para seguir siempre adelante, no es más que estar abierto a aceptar todas las lecciones de nuestra vida. Siempre hay que vivir con integridad, nunca intentes ser alguien que no eres; llegaras lejos, eso te lo aseguro.
Otros dirán: allá va otra generación más, pero yo se que no son una generación cualquiera. Me lo demostraron. Y estoy muy orgullosa de todos y cada uno de ustedes. Citare a Steve Jobs para finalizar:
"No puedes conectar los puntos mirando hacia delante; solo puedes conectarlos mirando hacia atrás. Por eso, tenéis que confiar en que los puntos os conectaran de alguna manera en el futuro. Tenéis que confiar en algo -vuestro instinto, destino, vida, karma, lo que sea -porque creer en que los puntos se conectaran a lo largo del camino os dará la confianza para seguir a vuestro corazón, incluso cuando te lleva lejos del camino mas usado. Y eso marcara la diferencia". Mucha suerte a todos. Nosotros siempre los recordaremos...》

Todos en el lugar comenzaron a aplaudir.
Era el final, por fin diríamos adiós.
Cuando pensaba en mi graduación, pensaba en que por fin me iría lejos y experimentaría cosas diferentes; hoy, pienso en que estoy en mi graduación, y lejos de sentir satisfacción y alegría sufro de nostalgia. Extrañare todo aquí. Y me atrevo a decir que estos últimos meses han sido los mejores de toda mi vida; nunca me sentí tan lleno.

Lleno.

Esa es la palabra que quizá nunca hubiera descrito hacia mi, si no hubiera sido por la apuesta. Me llene de alegrías, de tristezas, de celos, de amor.
Miraba a todos sonrientes, siendo triunfadores, que pasaban de uno por uno a recoger su diploma. Y a los profesores tan contentos. Todos están llenos. Yo estoy lleno. Y se siente realmente bien.

*******

Ariana, tan sonriente como siempre se nos acerco a los tres y nos unio en un gran abrazo. Parpadeaba rápidamente para evitar el llanto.

-Ahora que se van, me sentiré completamente sola.

Pero no aguanto mucho, miro el suelo y comenzó a llorar. La abrazamos de nuevo. Ese seria el último en un buen tiempo.
Mamá nos llamo para tomar la última foto grupal. Todos nos posicionamos y posamos alegremente a la cámara.
Después nos fuimos separando en grupos pequeños, para las fotos personales. Unos lloraban, otros felicitaban, otros se despedían, pero en fin, todos confiaban en el futuro que les separaba a partir de ahí.
Poco a poco el lugar se fue vaciando.
Quedamos solamente el equipo de soccer en la cancha.
Imaginando todas las veces que pisamos ese pasto.
Que pasamos esa pelota.
Que nos gritamos por hacer algo mal, o que festejamos por haber ganado.
La noche que perdimos contra los ricachones. Sin duda alguna, la mejor.
Nos miramos, y sin decir ni una sola palabra cada uno fue tomando su camino.
Solo quedábamos Nick, Max y yo.

¿Apostamos? »s.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora