8-Acción Poética

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Había un café a dos cuadras de mí casa. Y me venia bien.

Porque ese miércoles no quería hacer otra cosa que tomarme un descanso. Y usar mi auto estaba dentro de ese descanso.

Porque ya saben,soy muy distraída y no quiero terminar en un hospital por un accidente que pude haber evitado con sólo caminar dos cuadras.

Así que apague la computadora,me puse mis jeans una remera mis zapatillas me hice un moño con el pelo-tomé plata obviamente- y salí a Lo de Nora.

El lugar no se llama así. Pero son de esos lugares a los que vas tanto que lo llamas como el nombre de la dueña.

Afuera hacia fresco,pero esos frescos de invierno que resultan agradables. El sol no estaba tan fuerte como se acostumbra.

En cuánto a Wonderville, si es verano,es verano en serio. Cuando es invierno,es invierno en serio. Cuando es oto...se entendió.

Llegue a Nora's Cafe y me quedé viéndolo.

Un gran local de madera con grandes ventanas de vidrios me esperaba. El desgastado letrero en letras rojas,me indicaba lo viejo que era el café. Y lo mejor de eso,es que los clientes siguen viviendo.

Abrí la gran puerta de vidrio y un glorioso olor a café y a medialunas recién hechas me inundó mis fosas nasales haciendo que me sienta nostálgica.

-Miren quien decidió aparecer...-Dijo una voz familiar.-Kate Miller-Término Nora sonriendo.

-Hola Nora-Le dije divertida.

-Ah,no. Nada de hola Nora-Dijo "imitándome".-¿En donde estabas?-Me reprochó.

<En Narnia,¿Dondé voy a estar?.>

-Estuve ocupada,Nora-Le dije sentándome en la barra.-¿Me das un café y un cupcake de chocolate?-Le pedí. Ella se quejó entre dientes,obviamente de broma,y se dio vuelta para preparar mi orden.

Mientras esperaba jugaba con mis dedos en la barra.

El lugar no había cambiado en nada. El típico toque rustico de Nora estaba por todos lados. Con cuadros de gente famosa-vieja-que dejaba en evidencia la antigüedad del lugar.

-Aquí tienes-Me dijo. Yo agarré mi comida y bajé de la barra para buscar una mesa. El lugar estaba lleno de jóvenes. Por todos lados. Y en un momento,me sentí vulnerable.

Mientras veía para todos lados la puerta se abrió. Ocho pies,ocho piernas,ocho brazos,cuatro caras y cuatro cuerpos entraron en el café.

Era increíble como su presencia afectaba la vida de cada ser que estuviera a un kilómetro a la redonda de Ellas. Y yo estaba a solo tres metros.

Rápidamente evite todo tipo de contacto y busqué una mesa disponible. Una lo suficientemente pequeña para que no estarán de dos personas.

Me senté y le puse azúcar a mi café. Trataba de evitar el hecho de que las cuatro personas con las que menos quería hablar en estos momentos estaban a metros míos. Y no solo eso,que yo estaba perfectamente a su vista en el momento en el que entraron. Lo que significa que en este momento deben de estar por venir asía mi mesa.

Dos metros. Ya casi llegan. Revolver,revolver,revolver.
Un metro. Solo un poco más...
Revolver,revolver,revolv...

-Hola, Kate Miller-Dijo alguien de repente. Levante mi mirada. Mike. Suspire aliviada.

Las cuatro figuras retrocedieron  maldiciendo entre dientes.

-Gracias a Dios,Mike Wells-Le dije casi susurrando.-Me salvaste la vida-Agregué en el mismo tono.

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