✨ n u e v e ✨

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¿Bosque abandonado? ¿Famoso? ¿Casa de los suicidios?

¿Qué mierda era esto?

En que mierda me eh metido... Dios.

Le doy la razón a Michael, no fue buena idea averiguar la verdad.

Esto era horrible.

Fotos de personas colgadas desde lo más alto de los techos, hombres congelados dentro de grandes contenedores con agua, sangre, carne y más carne.

Escuche un ruido y cerré el computador.

Bien Mia, has como si nada paso, solo apaga la luz y cierra los ojos, mañana todo va a comenzar de nuevo, y no te preocuparas —Susurre a mis adentro.

Nota mental si algún día no llego a vivir:

"Hubiera matado a Michael".

Maldito teñido, me las va a pagar por haberme metido en este lio.

Trate de no hacer ruido alguno, estire mi brazo y apague la luz, me escabullí dentro de las sabanas y me tape hasta la cabeza, me sentía más segura así.

Escuche el rechinido de pasos en las escaleras;

Oh, no.

Mordí mis labios y apreté mis ojos, tratando de no escuchar.

La puerta de mi habitación emitió un leve ruido, señalando que esta había sido abierta.

Dios, ayúdame...—Susurre.

Podía ver esa sombra...

Era una persona demasiado alta, estiro su mano y sujeto mis cobijas, sorbí mi nariz y limpie mis lágrimas.

De un tirón retiro las cobijas al igual que al mismo tiempo un grito salió despedido de mi boca, sujeto mi boca para que no gritara y algo de luz en la ventana me dejaba ver quien era esa persona.

Estire mi mano y una bofetada fue a parar a su rostro.

Soltó mi boca y sujeto su mejilla.

— ¿Por qué hiciste eso? —Gimió Michael sentándose encima de mi cama.

— ¡Porque demonios me asustas de esa manera! —Bufe cruzándome de brazos al sentarme sobre mi cama.

—No pensé asustarte... —Me observó serio.

— ¡Claro que lo hiciste! —Grite histérica.

Michael largo una carcajada.

—Lo siento...

—Déjame traer hielo.

Me pare de la cama y encendí la luz, baje escaleras abajo y abrí el refrigerador en busca de algo de hielo para la bofetada que le di a Michael.

Lo tenía merecido.

Suspire y coloque unos hielos encima de un trapo, lo envolví y subí escaleras arriba para encontrar a Michael acostado en mi cama.

—Aquí tienes...

—Gracias —Sonrió sentándose y colocándoselo en su mejilla.

—Espero que quede moretón —Reí a carcajadas provocando la seriedad de Michael.

—Muy graciosa, Mia.

—Ya, perdón Michael... Pero, ¿Cómo se te ocurre entrar así? ¿Cómo entraste? ¿No me digas que rompiste mi puerta principal? ¿No podías llamar?

Forest ➳ mgc. Where stories live. Discover now