Forest ➳ mgc.

✨ t r e c e ✨

—Yo... —Tartamudeó Michael mientras sus ojos se perdían en cualquier lugar de la habitación, menos en mi dirección, chasqueó rascando su cabello.

—Y solo la pura verdad —Amenacé apuntándolo con mi dedo índice.

—Solo antes de confundir las cosas, quiero decir que yo no fui el que te cambio de ropa, bueno, en realidad si lo hice, no ¡Demonios! ¡No! Por más que quisiera, no te tocaría sin tu permiso.

Mierda, esto era incomodo.

— ¿De dónde la sacaste? —Pregunte mientras mi ceño se fruncía, dios... ¿Porque demonios pregunto eso? Merezco el premio de la idiota del año.

Trago fuerte y sus verdosos ojos se cruzaron con los míos, me observó atento y volvió a suspirar.

—Tuve que comprarte algo de ropa—Sonrió débilmente, mientras entrelazaba su mano con la mía— No podía dejarte así.

—Oh... —Alargué mientras rascaba mi cabello— Pero, si tu no me cambiaste, ¿Quien lo hizo?

Levanto sus palmas a cada lado de su cabeza.

—No vivo solo, supuse que Samanta estaría en casa, y no me equivoque —Sonrió de lado— No te preocupes, hace la limpieza en esta casa, además no tengas dudas, es una mujer en la cual confiar.

Suspire, como si un peso menos cayera de mi cuerpo.

— ¿Y la caja? —Pregunte acomodando mi postura, si no recibiría a cambio un calambre.

—Estaba a punto de tirarla, ¿Sabes? No creo que debamos, espera, no, no creo, Se que no tenemos que meternos con esas cosas, y no vengas con que estoy totalmente enfermo Mia, por favor, ten misericordia de mi.

—Cállate —Exigí.

—Mi casa, mis reglas. —Contestó Michael mientras su mirada dulce que tenía hace segundos, había desaparecido.

— ¿Dónde está mi caja? —Gruñí entre dientes, no sabe ni siquiera de lo capaz sé que soy.

— ¿Es necesario repetirlo? Bien, lo haré. Mi casa —Se apuntó y luego apunto a todo el lugar— Mis reglas.

—Michael... —Lo apunte con mi dedo, y ni siquiera sabía con quien estaba hablando.

—No la tire aun, así que no hay problemas con eso—Sonrió mientras se levantaba de la cama y abría la puerta para salir de la habitación.

¿Porque razones odio a Michael Clifford?

Ahí las tienen...

Gruñí golpeando mi puño en contra de la almohada, ¿Enserio?

Retire las sabanas que cubrían mi cuerpo y me pare, la furia estaba empezando a ganarle a mi cuerpo, y eso era algo que me gustaba.

Abrí la puerta y baje escaleras, tratando de encontrarlo, ya que no tenía la mísera idea de cómo era su casa.

Necesitaba hablar con alguna de las chicas, o con los chicos, ellos tenían que saber esto, me matarían en el intento, pero lo haría, necesito ayuda, y con ayuda no me refiero solo a Clifford.

Michael me metió en esto, e iba a salir por cuenta propia.

Lo observe y me percate que estaba tranquilamente mirando un partido de fútbol en la tv, me acerque y de un segundo a otro mis puños estaban tratando de golpearlo, pero era imposible, ya que era obvio que el conservaba aun más fuerza que mi cuerpo.

— Mierda, ¡Basta Mia! —Grito sobresaltado Michael mientras casaba fuertemente mis muñecas, mi ceño se frunció y volví a forcejear mientras trababa de retirar sus manos.