The Burrow (La Madriguera)

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N/A
He vuelto. Estoy muy feliz por la buena acogida del primer capítulo de After All. 
Este, en realidad no podría considerarse un capítulo, casi un drabble, pero lo considero necesario para el desarrollo de la historia y para introducir cómo está la relación entre Ron y Hermione después de todo lo sucedido después de la guerra. 

Espero que os guste

~Topi


Los Weasley se sobresaltaron al ver entrar efusivamente a Harry arrastrando a Hermione con él.
Pero la sorpresa dio paso a una gran cantidad de abrazos por parte de los jóvenes. Estaba la familia al completo, Bill y Fleur, Arthur, Ron, Ginny, George y Charlie, y los reproches de toque materno de la señora Weasley no se hicieron esperar.

-Por Merlín, estáis muy flacuchos, ¿es que acaso Kreacher no os alimenta bien? - atrapó ente sus dedos regordetes las mejillas de Hermione, que no se atrevió a apartarse, pues ya conocía como tratar adecuadamente con la adorable señora. - ¿No queréis un plato de sopa de albóndigas? Charlie lo hizo anoche. Dice que es un plato típico de Rumania, pero se dice de otra forma.

-No se preocupe señora Weasley- contestó la castaña

-Por favor querida, llámame Molly. Te conozco hace siete años, te he visto crecer y has pasado veranos enteros aquí... A demás, soy tu...

Pero Molly Weasley no pudo continuar lo que estaba diciendo porque una mata pelirroja corría hacia la joven de pelo rizado y la levantaba en sus brazos.

-¡Hermione! Te he echado de menos- el pelirrojo la posó en el suelo otra vez y se miraron.

Las pecas que se esparcían por su rostro le daban un aspecto adorablemente dulce, pero casi todo lo demás en él, había cambiado. Su pelo alborotado e infantil, estaba ahora peinado de una forma más moderna, imitando un estilo muggle que Hermione adoraba. Sus brazos, antes delgados, estaban tersos, por lo que se notaba que Ron había estado el resto del año haciendo mucho ejercicio muggle que Harry le había enseñado. Quizá lo único que permanecía del antiguo Ronald Weasley, eran sus ojos dulces, aniñados e inocentes, que a pesar de haber vivido de primera mano los horrores de la guerra, no habían perdido su brillo. Y ninguno pudo evitarlo, se besaron, a sabiendas de quiénes estaban ahí, pero ajenos a lo que sucedía, si no podrían haber visto el extraño encuentro entre Ginny y Harry, o como otro de los hermanos Weasley los fotografiaba.

Pero ninguno de los dos se sintió como debería sentirse alguien al besar a quien ama después de algún tiempo, sabiendo que ya no debes temer por su vida. Ambos se decepcionaron, pero fingieron tan bien, que ninguno de los presentes captó nada. Bueno, ninguno a excepción de alguien, que, muy a su pesar sintió un cosquilleo de alegría al ver que las cosas entre aquellos dos no iban bien, pero que la culpabilidad terminó acallando, no sin antes dejar un último pensamiento en su mente... "Es tu oportunidad".

*********************

Después de un largo día con los Weasley, Hermione se sintió más apabullada de lo que pensaba. El nuevo prospecto de volver a Hogwarts, a su verdadero hogar, hacía que su piel se erizara. No obstante, sentía miedo. No había sido fácil ignorar que, en realidad, aunque los Weasley intentaran llenar el vacío de sus padres, estaba sola y no tenía un hogar.
Echaba de menos el perfume de su madre, que la regañara cuando volvía de Hogwarts por comer demasiados dulces... y a su padre, cómo echaba de menos a su padre. Hermione y Jean Granger siempre habían tenido sus roces, pero con su padre, Richard, Hermione compartía una adoración mutua que era inexplicable.
Sentada en el patio trasero de los Weasley, lloró. Culpable por sentirse sola cuando tras la puerta en la que se apoyaba, había un montón de cabezas pelirrojas y un chico de pelo despeinado que la consideraban parte de ellos, una familia que había luchado junto a ella y la había cuidado en sus peores momentos.
Sintió una mano en su hombro, secándose las lagrimas dio vuelta su cabeza.

-Charlie, perdona por obstruir la puerta, ya te dejo pasar.

-No, tranquila. Te estaba buscando a ti- dijo sentándose a su lado- Ron se ha ido a su habitación y tu no aparecías por ningún lado. ¿Qué te sucede?

-Nada- sonrió tranquilizadoramente- solo estoy nerviosa de volver- intentó sonar convincente.

-Eres una terrible mentirosa, Granger. Somos tu familia, ¿sabes? Puedes hablar con cualquiera de nosotros.

Hermione lo miró a los ojos. Los mismos ojos azules brillantes que sus hermanos, ojos que transmitían una paz y calidez que solo un Weasley te podía ofrecer. Charlie no era su mayor confidente, pero en una noche como esa, en la que Harry Potter se encontraba rebosando de felicidad, Ron apenas le prestaba atención y Ginny se había ido en cuanto Harry había llegado a la casa, pensó que si no hablaba con alguien de como se sentía, iba a explotar.

Así que por segunda vez esa noche, sentada en el patio trasero de los Weasley, Hermione lloró.

Pero esta vez, al menos, no estaba sola. 


N/A  07/07/2020

Para los que leen por primera vez, espero que hayan disfrutado del capítulo... Para mis queridxs lectores que están volviendo a ver por qué demonios no publiqué en más o menos tres años, espero que hayan notado que se han ido agregando fragmentos y los disfruten como la primera vez que me leyeron.

*Aún cubriéndome de sus crucios*

TOPI

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