Hacía mucho que había dejado de prestar atención al camino que estaba tomando, por lo que no se sorprendió al levantar la cabeza el darse cuenta de que había llegado a una plaza solitaria del centro. Plaza en la cuál las fuentes estaban congeladas, las farolas iluminaban el lugar completamente desierto y se escuchaba el bullicio de la multitud en la distancia. Interiormente Karma agradeció haber llegado a ese sitio, podría pensar con tranquilidad aunque eso fuera lo último que quería hacer en ese momento. Se quedó parado en el sitio, mirando al suelo y sintiendo como sus mejillas se enfriaban cada vez más debido al aire frío. Nunca había sido bueno respecto a sus propios sentimientos o incluso su bienestar. Podía ser muy bueno en matemáticas o en gastarle alguna broma pesada a alguien, pero la inteligencia emocional era una cosa muy distinta. Estaba a años luz de poder comprender con exactitud lo que sentía en ese momento, pero si tuviera que hacerlo, si alguien le preguntara respecto a cómo se sentía ahora, solo respondería una cosa.

Solo.

Porque cuando se despertó el día de su cumpleaños (y para colmo Navidad) y se dio cuenta de que solo podía pasarlo en su casa vacía mientras veía la tele, se dio cuenta de que algo no estaba bien. Algo ha tenido que hacer mal. Algo fallaba. Tenía que haber hecho algo malo. Algo que hubiera tenido consecuencias como para pasarse todo ese día deambulando por la ciudad completamente solo. Pero por más que pensaba, más se convencía de que la culpa no era suya. Por una parte sus padres nunca habían estado, era culpa de ellos por no estar nunca en casa. Y por otra parte estaban sus amigos, pero ellos no tenían nada que ver, era Navidad, debían estar con su familia. Así que en parte la culpa era suya por nacer ese día. Y aunque fuera consciente de ello seguía sin sentirse mejor. Se sentía muy egoísta pensando ese tipo de cosas. Y a medida que pasaban los minutos más tenía esa sensación en el cuerpo, más perdido empezaba a sentirse. Odiaba sentirse así, odiaba sentirse débil y solo. Pero para su desgracia era un estúpido crío de 15 años y los estúpidos críos de 15 años solían comportarse así. Más cuando estaban en su situación.

Soltó un suspiro de resignación mientras bajaba más la cabeza. Su nariz empezaba a irritarse y sus dedos estaban agarrotados por el frío. Tal vez no debería estar en esa plaza tan alejada, a la intemperie y tan tarde, pero le daba lo mismo, no tenía ganas de volver. Podría haber estado más tiempo encerrado en sus pensamientos, toda la noche si hiciera falta, si no fuera porque se escucharon unos pasos apresurados dirigirse hacia él y a una persona respirando con fuerza.

Percatándose de que alguien se estaba acercando cada vez más a donde se encontraba, el pelirrojo se dio la vuelta con curiosidad mientras escuchaba los pasos cada vez más cerca. Estando solo y en una plaza solitaria, fría y a medio oscuras, era normal preocuparse. Y lo hizo mucho más cuando al momento de darse la vuelta lo único que sintió fue un manotazo en su cabeza y un cálido cuerpo estrellarse contra él. Dio unos pasos hacia atrás y levantó la cabeza sorprendido ante ese "ataque" repentino. Aunque se sorprendió mucho más al ser consciente de la persona a la que tenía enfrente. Porque podría haberse asustado más de lo que ya estaba y podría haber tirado a esa persona a tres metros lejos de él perfectamente, e incluso estuvo a punto de hacerlo. Sin embargo, ese plan se fue totalmente por la borda cuando se dio cuenta de que aquel chico era uno bastante conocido, de su edad, de su misma estatura, con el pelo naranja y unos ojos violetas mirándole con reproche mientras se recuperaba de la aparente carrera que se había pegado para llegar hasta él. Karma se sorprendió tanto de verle allí, de que hubiera atravesado media plaza corriendo a pesar del frío y de que se hubiera estrellado contra él a propósito mientras le propinaba una colleja, que no tenía ni idea de cómo reaccionar. De todas maneras aunque hubiera dicho algo, el otro chico no le dejaría.

-¡Al fin! ¿Sabes lo difícil que es encontrar a alguien que se ha tirado todo el día recorriéndose la ciudad?- Exclamó Asano Gakushuu con enfado.

Karushuu WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora