Capítulo 1

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Cuando el primer rayo de sol se coló por mi ventana y mis ojos por fin se abrieron, la zozobra embargó mis pensamientos

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Cuando el primer rayo de sol se coló por mi ventana y mis ojos por fin se abrieron, la zozobra embargó mis pensamientos. Había comenzado mi día uno, por lo que tendría que enfrentarme al resto de los empleados y también a los patrones.

«Recuerda que solo es temporal, Carla», me repetía al mismo tiempo que me alistaba.

Para mi sorpresa, al menos mis compañeros de trabajo fueron por mucho más afables que Pilar, quien era el ama de llaves. Durante un modesto desayuno que consistió en bolillos con café de olla, pude presentarme con Soledad, la cocinera, y con Jorge, el jardinero.

Únicamente me faltaba hacerlo con Víctor, el chofer de la familia, el joven que atrapé dormido bajo un árbol y con el que tuve un primer encuentro aterrador.

Cuando el muchacho llegó, yo me hallaba recogiendo los platos que habíamos usado para desayunar.

Víctor entró a la cocineta arrastrando los pies y vistiendo un pulcro uniforme negro. Su cabellera iba cubierta por una gorra del mismo color, pero él la retiró al poco tiempo, permitiéndome ver sus rizos.

Nos observamos como si fuésemos producto de un sueño lúcido del otro. Por unos segundos, sentí que flotábamos dentro de una burbuja y que todos los demás habían desaparecido. No supe si fue intriga o temor, sin embargo, algo me ardió en el pecho.

Él estuvo a punto de hablar, no obstante, Soledad se le adelantó:

—Carla, ¿quieres ayudarme a hacer unas cosas en la casa?

Asentí y salí disparada, aunque todavía intrigada por cruzar un par de palabras con él.

Aunque pronto se me olvidó aquello, ya que el trabajo en esa casa era más de lo que tenía esperado. No era cuestión del tamaño del inmueble, sino que doña Amalia, la patrona, se contradecía con sus órdenes a cada momento.

—Te dije que dejaras ese jarrón ahí, no que lo movieras —me reclamó en una ocasión.

Yo obedecí, sin embargo, a las dos horas la señora volvió a bajar y me dijo que cambiara de lugar el mismo adorno

Nos queda su dulce locura | NUEVA VERSIÓN | ✅Where stories live. Discover now