Capítulo 18

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—¡Alex! ¡Ya despertó!—Digo emocionada.

—¿En serio? ¿Te ha reconocido?

—Creo que sí, no dijo nada diferente. ¿Qué esperan? ¡Vamos!— Corremos a toda prisa. Al entrar, veo a una enfermera conversando con él.

—¡Christian!—Grita Alex, haciendo llamar la atención de ellos, nos acercamos a la camilla.

—¿Cómo estás?— Pregunto.

—Bien, gracias—  Contesta distante.

—¿Está todo bien doctora?- Pregunta Alex.

—Sí, a excepción de que el paciente no recuerda nada, ni los reconoce— Dice amablemente.

—¿Qué? Pero cuando despertó, él me reconoció— Digo segura. Debe ser un error. —Christian, tú sabes quiénes somos, ¿no es así?— La desesperación me invade.

—Es cierto, lo que dice la enfermera, no sé quién eres... Intento acordarme de ustedes pero no los reconozco— Siento un dolor agudo en el corazón.

—Pe-pero ¿Por qué no me dijiste nada cuando despertaste?— No puede estar sucediendo esto. Me duele que él no me reconozca. Solo quiero que esto sea una pesadilla...

—Estaba confundido. No sabía quién eras, aún no lo sé. Te veías muy feliz, no quise ser grosero— En mis pulmones el oxígeno escasea. Salgo de la habitación, quebrantada; las lágrimas salen a montones. Camino hasta encontrar una zona verde, llena de jardines. Tomo asiento en una banca, subo mis piernas sobre la banca, dejando dobladas las rodillas, las abrazo, tratando de sentirme protegida. Intento dejar de llorar pero me es imposible. Todas mis esperanzas cayeron al vacío.

Noto que alguien se sienta a mi lado. Quiero estar sola, así que me levanto en busca de otro lugar pero un agarre en mi brazo me detiene. Giro mi vista y veo a Rosie.

—Ven, siéntate— Hago caso a su orden en silencio. —Entiendo que es difícil para ti esto, lo que en este momento sientes; todo te ha caído como balde de agua fría. Sin embargo, para Christian también es complicada la situación. Debes estar con él, apoyarlo. Si luchas, puedes llegar a conseguir lo que más deseamos todos, que él recupere la memoria— Lo que ha dicho, me ha dejado sin palabras. Rosie tiene toda la razón, voy a acompañar a Christian en este momento, que es cuando más necesita de mi.

Abrazo a Rosie, en forma de agradecimiento. No sé qué sería mi vida sin ella.

—Gracias—Digo en un hilo de voz.

—Eres mi hermana, sabes que siempre estaré para ti. Ahora vamos, parece que le van a dar de alta esta noche.- Nos levantamos y dirigimos hacia la habitación. Cuándo llegamos, vemos a Alex hablar con Christian.

—¿Te encuentras mejor?- Me pregunta Alex.

—Sí, supongo—Digo cabizbaja.

—No quise hacerte sentir mal, lo lamento— Aún con amnesia, sigue siendo el mismo hombre que me ha atraído, tierno y caballero.

—No te preocupes, no fue tu culpa, solo ha sido la situació—Sonrío, tratando de convencerlo.

Llegó la noche y los padres de los hermanos Rogers, se alegraron por que Christian había despertado y preocuparon por su pérdida de memoria. Firmaron el alta y se lo llevaron a casa, no sin antes, recibir los consejos del doctor sobre el cuidado de Christian. Mamá, vino por nosotras, le contamos a cerca del acontecimiento. Ella me dio consejos, los cuales me sirvieron de mucho.

Han pasado cinco días, desde que le dieron de alta a Chris, no he dejado de pensar en él ni un instante. Intento ir a visitarlo, en cuanto pueda y no moleste a sus padres. Para él ha sido muy díficil no saber nada sobre nosotros. No obstante, hemos estado haciendo una rutina como enseñándole fotos, videos y demás, con el objetivo de que su progreso sea rápido.

Mi Montaña RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora