Capítulo 25

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Transcurrieron tres meses en los que sucedieron una serie de eventualidades. La decisión de Lucy fue una de las causas de los cambios que hubo. Nuestra relación se dio por terminada y dejó como consecuencia que el grupo se alejara; la amistad con Sebastián, tiende de un hilo debido a que él está con ella, la ama y no la dejaría sola.

-¡Vamos Emma, que se nos hace tarde!

-¡Ya voy!

Acomodo mi vestido rosa palo que llega a mis rodillas, mientras me veo a través del espejo. Salgo de la habitación, cierro la puerta y camino a paso ligero por medio del pasillo detrás de Alice y Rosie, quienes también están vestidas sutilmente elegantes. 

-Gracias por esperarme.

Digo en el momento que las alcanzo.

-Te demorabas mucho y si te seguíamos esperando, seguirías allí todavía. 

-¿Han hablado con mamá?

-Sí, dijo que en un momento salen.

Salimos del hotel, observo los edificios y el hermoso canal que pasa en medio de ellos. 

-Señoritas, aquí está la góndola que han pedido. 

Nos informa un hombre con acento italiano, es uno de los botones del hotel.

-Gracias, aún faltan personas para poder irnos. 

Responde Alice.

-Oh, ya vienen.

Miramos hacia donde Rosie dirige la mirada, mamá junto a Harvey caminan de prisa. Ella tiene un vestido largo amarillo ceñido al cuerpo, el cual la hace ver  extremadamente hermosa y Harvey está vestido con un esmoquin negro, quien también se ve muy guapo. 

-Lamento la demora... Se ven hermosas.

-Gracias mamá tú igual pero ya es hora de irnos, nos esperan. 

Subimos a la góndola con ayuda del gondolero. Diez minutos después llegamos a un edificio, mamá le informa al recepcionista el por qué estamos aquí. Él le informa el número de piso. Caminamos hacia el ascensor, Harvey oprime el botón, en segundos se abren las puertas. En el momento que estamos todos dentro, él vuelve a oprimir el botón del número del piso al que debemos llegar. 

-¡Carajo!

Mando la mano a mi frente.

-¡Emma! Cuida tus palabras.

-Lo siento, es que olvidé traer el móvil y Christian me va a llamar.

-¿Sabes su número? Traje el mio, te lo puedo prestar para que lo llames.

Dice Rosie, extendiendo su brazo con el celular en la mano. 

-Sí, gracias. 

Lo tomo.

Las puertas del ascensor se abren, salimos y contemplamos la decoración, flores, moños y demás, todo en relación a Italia como sus lugares más conocidos, la comida y costumbres. Gran parte de lo que ayudamos a Fiorella asesorando con las cosas para la boda estaban allí. 

-Hola, bienvenidos. ¿Podrían situarse aquí para tomarles una foto?

-Claro.

Nos acomodamos y vemos hacia la cámara sonriendo.

-Ya está, gracias.

Paso la yema de mi dedo pulgar por la pantalla del móvil de Rosie, logrando que se desbloquee. Voy a teclado del télefono y digito los números para llamar a Chris. Afortunadamente me aprendí de memoria su número, pensando en que podría pasar algo como lo que me acaba de ocurrir. 

Mi Montaña RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora