61. Melanie

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Me pregunto cómo nunca había visitado un Jardín Botánico. Desde el instante en que entré, me sentí en un estado de relajación y paz que ni la perfecta resolución de un problema de física me daba.

Para una persona común, como yo, solo era un paisaje hermoso. Pero un artista como Diego no sólo admiraba la belleza, sino que la comprendía. Él hablaba el lenguaje de los colores, las formas y las texturas. Por alguna razón, yo también quería entenderlo.

Así que escuchaba y hacía más y más preguntas. Aprendí que los colores hablan: las flores rojas eran para mensajes apasionados y emocionantes, que el color amarillo se relacionaba a la juventud, el azul a la armonía, el violeta al engaño, el naranja al placer y el verde a la esperanza.

Señalé una flor, ésta crecía en un arbusto, en cuyas ramas crecían ramos de pequeñas flores color violeta. Me mostró una sonrisa casi irónica.

Ella es arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora