La inundación la había arrastrado unos metros más, pero no hizo mucha diferencia en su físico.
Esperó meses y meses. Lo único que sucede es que dos niños cuyos rostros le suenan de algún lado, aburridos, comienzan a jugar con usted hasta gritar GOL cuando uno de ellos la emboca en los agujeros que hay en los bordes de la acera. Cayó, arrastrada por brebajes turbios y cañerías. Después de nadar en un mar oscuro, fue expulsada a un lugar profundo y lleno de agua salada.
A su lado, su otra mitad le hacía compañía. Pero no se sorprendió, pues se dio cuenta que al final todos acabamos igual... abandonados.
Yo soy usted, Coke, y usted es yo. Somos la misma lata, relatando una y otra vez nuestra historia en segunda persona. Es nuestro único entretenimiento, ¿cierto, otra mitad?
Y al final, vuelvo a preguntarle lo mismo. Por favor no dude en responderme una vez más: ¿Cómo demonios acabó usted aquí, Coke?
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Coca-Cola
Short StoryLa pesadilla de toda bebida es ser comprada. Pobre Coke... [El protagonista no sea un ser vivo]
