CAP. 4: VAGABUNDO

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¿Recuerda cuando la colocaban en fila junto a demás latas? Le tiraban un chorro de agua y la secaban. Pasaba a manos de un hombre vestido de rojo que revisaba si había un cuerpo extraño en su interior. Si era así, se repetía el proceso de lavado. Sino, pasaba a la siguiente fase: jarabe, agua fría y gasificación. La metían en cajas con latas iguales a usted (muy cordiale gente, cabe aclarar), y enviaban en camiones hasta los supermercados.

En aquellos tiempos creía que iba a acabar en un paraíso. Quizás años en la repisa de un coleccionista de Coca-Cola, con botellas de distintas épocas y experiencias. Pero mírese, en manos de un viejo vagabundo.

¿Y recuerda, acaso, la Fanta del piso de arriba del refrigerador? Siempre contaba aquel cuento de "El karma del pobre papel higiénico que nunca había hecho nada malo" Tonta, tonta historia. Lo único gracioso era que no tenía ninguna gracia. Sin embargo, ¡já! acabó como aquel inodoro, ¿cierto?

El vagabundo estaba sentado junto a una botella de vino tinto, y no tenía vaso. Sacó de detrás de la botella un enorme cuchillo y comenzó a serrucharla. Le pinchaban los puntiagudos dientes atravesando su hojalata. Separándola. No pararon hasta partirla en dos pedazos, convertirla en una mitad. Era 0.5 y buscaba sumarse a su otro 0.5 para volverse 1.

Pero no. No había pegamento.

El vagabundo tiró su mitad a la calle, y se quedó con la otra.

Se fue bajo un puente abandonado. Había una botella de vidrio (graduación alcohólica: 8) con un líquido rojizo oscuro en su interior. Vertió un poco, mientras usted se revolvía de odio.

Las gotas comenzaron a caer alrededor del puente. Quería que el tipo dejara de beber el vino servido en su interior, y que un rayo lo deshiciera. Que la dejara tranquila. Sólo eso: volver a estar tranquila, incluso si era volver a caer a un basurero.

Cuando el vagabundo terminó de emborracharse eructó, la aplanó y la arrojó fuera del puente. Estaba sola. Despintada. Bajo las gotas saladas. En dos pedazos.

Coca-ColaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz