Capítulo 14

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________ se agarró a los lados de la bañera y abrió más las piernas. No podría soportar aquello mucho más, pero tampoco quería que cesara.

-Más rápido. Sí... sí... así... oh... -levantó las caderas para introducir más los dedos de él en su interior y frotó el clítoris contra la presión del pulgar de él.

-Eso es, amor mío. Eres muy hermosa. Quiero que tengas un orgasmo. Eso es... -la voz de Calum la llevó al clímax. ________ volvió la cabeza y le mordió en el hombro al tiempo que gemía de placer.
Se dejó caer contra él porque no parecía tener ni un solo hueso en todo el cuerpo. Se sentía tan informe y fluida como el agua que la rodeaba.

Calum le dio un beso en el pelo y apretó más los brazos en torno a ella.

-¡Oh, ________!

-Hum -murmuró ella.
Frotó la mejilla en su brazo, la única respuesta de la que se sentía capaz en ese momento. Poco a poco se fue recuperando y empezó a ser consciente del pene erecto de él, de los músculos rígidos de su vientre y su pecho, de la tensión que ocupaba sus brazos.
Se echó hacia delante y se volvió a mirarlo de rodillas. En el rostro de él resultaba palpable el deseo, que brillaba en sus ojos. La joven buscó el jabón con una sonrisa.

-Te toca a ti.

-No puedo levantarlo -dijo ________ con frustración-. ¿Quieres probar tú?

-Sí. Probaré -Calum tiró con todas sus fuerzas del cierre de la ventana-Estos edificios viejos se han pintado tantas veces que en ocasiones se han cerrado las ventanas con la pintura -sintió que empezaba a ceder-. Creo que ya sube.
La ventana se abrió unos centímetros y Calum tiró de ella el resto del camino.

-¡Mi héroe! -exclamó ella con una sonrisa. Y en sus ojos brillaba algo que calentó el corazón de él.
Era terrible. Se sentía treinta centímetros más alto sólo porque había conseguido abrir una ventana.

-No es un viento ártico, pero hace más fresco así -la lluvia había aliviado un tanto el calor intenso. Abajo subía vapor desde el pavimento.

-En casa cuando llueve también hay vapor, pero en Nueva York nunca huele a fresco como en Savannah después de la lluvia -comentó ella con un tono de nostalgia-.Apartó la colcha y la sábana de arriba y se sentó contra los cojines que adornaban el cabecero-. Por lo menos las sábanas están frescas.
Era evidente que no tenía intención de ir a sentarse en la sala. Y a Calum le parecía bien. Se tumbó a lo largo del extremo inferior de la cama con una toalla alrededor de las caderas. Ella se había puesto unas bragas negras y un top negro también.

-¿Echas de menos Savannah? -preguntó él.

-Algunas cosas. Como el olor después de una lluvia de verano. El sonido de un coche de caballos en los adoquines. El musgo en los troncos de árboles tan viejos y tan grandes que hacen de toldos en las calles. ¿Has ido alguna vez?

-No, no he viajado mucho fuera de Nueva York e Inglaterra.
Ella le acarició la pantorrilla con el pie. A Calum le gustaba el modo que tenía de tocarlo, como si lo necesitara y estuviera en su derecho.

-El ritmo lento puede volverte loco, pero la ciudad te encantaría.
Calum imaginó a ambos disfrutando de un paseo en carruaje por calles adoquinadas y debajo de robles cubiertos de musgo.

-Es evidente que te gusta. ¿Por qué te marchaste?

-Me gusta, pero tenía que irme. -¿Tenías o querías?

-Tenía. Necesitaba salir de mi zona de confort, conocer lugares nuevos y cosas nuevas, descubrirme a mí misma.

-¿Y te has descubierto? -preguntó él con curiosidad.

Apagón - Calum Hood - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora