-¿Te apetece comida tailandesa?

-Bien. Ya sabes lo que me gusta -musitó ella con segundas intenciones y la esperanza de que él iniciara un episodio de sexo telefónico sin tener que pedírselo.

Greg carraspeó como si las palabras de ella le resultaran incómodas.
-Ah, sí... llevaré pollo con curry.
Adiós al sexo por teléfono.

-Me parece bien.
Él volvió a carraspear. O estaba nervioso o había pillado un resfriado.

-Creo que voy a llevar a Calum conmigo.
_______ apretó el auricular con fuerza y su temperatura interior subió varios grados.

-¿Calum? -se lamió los labios, secos de pronto, y se tumbó boca abajo-. ¿Y por qué va a querer él venir a mi casa? Me ha evitado como a la peste desde la sesión de fotos. Es evidente que no le caigo bien.

-Es un hombre ocupado. No creo que le caigas mal. Calum sólo es...

-Oscuro. Pesimista. Cínico. Intenso. Creo que eso es todo -y sexy hasta el pecado, pero no le parecía que eso fuera una observación prudente sobre el mejor amigo de su prometido.

Greg se echó a reír y ________ le agradeció que no lo molestaran sus críticas hacia Calum.

-Calum es Calum -dijo él-. ¿Puede venir conmigo?

¿Si podía ir? _______ se humedeció más todavía y sus pezones se endurecieron. El protagonista de su sueño era el intenso y pesimista Calum, con su casi imperceptible acento británico.

-¿_______? -preguntó Greg.
Ella se retorció en el colchón.

-Sí, claro que puede venir.
Sólo con decirlo se excitó todavía más. Los remordimientos y la vergüenza alimentaban la lujuria oscura que Calum le inspiraba casi todas las noches. Era el mejor amigo de su prometido, la despreciaba y ella tenía sueños eróticos con él.

-Llegaremos poco después de las nueve.

_______ colgó y cerró los ojos. ¿Por qué quería ir Greg con Calum? ¿Por qué querían estar los tres juntos? ¿Y qué iban a hacer?
Una fantasía oscura ocupó su mente. Los tres juntos allí en el dormitorio. Greg, castaño y blanco de piel. Calum, moreno. Dos hombres sexys empeñados en tocar y saborear cada centímetro de la piel de ella y sólo con el propósito de darle placer.
Parpadeó y sacó el vibrador del cajón de la mesilla. No podía pasarse la tarde así.

Greg era su prometido. Y la mayor parte del tiempo era divertido, generoso y cariñoso. Tal vez ella no pudiera controlar sus sueños, pero ahora estaba bien despierta.
A pesar de sus esfuerzos por centrarse en Greg, fue la imagen de Calum la que se impuso cuando se estremecía durante el orgasmo.

-Estás horrible -dijo Calum Hood.

Dejó la cámara con cuidado en una silla de vinilo naranja en el despacho de Calum y se sentó en otra silla a juego.
Castaño, apuesto, extrovertido y con un estilo que hacía que siempre pareciera que acababa de salir de las páginas de GQ, Greg hacía volver cabezas en una multitud. Una chica en la universidad había comparado una vez a los dos amigos con Apolo y Hades. Eran opuestos tanto en aspecto como en personalidad. Greg, luminoso y extrovertido. Calum, oscuro, silencioso, introvertido. Pero Greg se había mostrado preocupado y tenso por teléfono cuando le había pedido que fuera a verlo y su aspecto producía la misma impresión.

-¿Qué ocurre?
Greg se sentó en el borde de la mesa de acero inoxidable y columpió una pierna.

-Hace mucho tiempo que somos amigos.
Calum asintió con la cabeza. Se habían conocido en una clase de fotografía en el instituto, donde habían descubierto un interés común por el arte e iniciado una amistad que se había prolongado durante años. Greg le había lanzado un salvavidas que había evitado que Calum se ahogara en su propia soledad. Y Calum, a su vez, le había servido al otro de ancla y le había proporcionado estabilidad. Los padres de Greg eran cariñosos y extrovertidos, pero volubles.
Por su parte, no sabía si habría hecho carrera en la fotografía si Greg no hubiera creído en él. Y Calum, a su vez, había ofrecido contactos muy valiosos a su amigo cuando éste se decidió a abrir la galería.

-Sabes que eres el hermano que nunca he tenido -siguió diciendo Greg-.Siempre he pensado que podía contártelo todo.
En otro tiempo, Calum también había pensado lo mismo. Hasta que descubrió que había cosas que no le podía decir a su mejor amigo. Como que estaba enamorado de su prometida, por ejemplo.

-Espero que siempre seamos amigos -continuó Greg.
Calum suspiró.

-Greg, a menos que hayas asesinado a una vieja con un hacha, yo siempre seré amigo tuyo -se encogió de hombros-. Seguramente sería también tu amigo incluso en ese caso. ¿Por qué no me dices a qué viene esto?

-Soy gay.

-Sí, vamos.
Primero Greg lo llamaba y le echaba el sermón de la amistad y ahora se dedicaba a hacer el tonto cuando él tenía una sesión de fotos programada para tres cuartos de hora más tarde. Su amigo tenía un sentido retorcido del humor y un sentido nefasto de la oportunidad.
Greg juntó las manos.

-No lo digo en broma. Es verdad. Soy gay.
Calum se quedó de piedra. ¿Greg era... gay? ¿Cómo era posible? Habían sido amigos íntimos durante más de una década. Calum era uno de los pocos heterosexuales en una profesión que atraía a los homosexuales como la miel a las moscas.

Además, estaba prometido con _______, se acostaba con ella de manera regular... ¿y ahora decía que era gay?

-¿Cuándo... cómo...?

-Quizá bisexual lo defina mejor -Greg se pasó la mano por el pelo corto-. En los últimos años me he sentido cada vez más atraído por los hombres -movió la cabeza y soltó una risa seca y carente de humor-. No te preocupes. Por ti no.

A Calum le importaba un bledo si Greg se sentía atraído o no por él. Bueno... quizá lo aliviaba un poco que su amigo no le profesara amor eterno, pero había algo que no entendía.
Recordaba muy bien la primera vez que había visto a _______. Había sido en la galería de arte, en la puerta del despacho de Greg. Calum había ido allí a un cóctel y había encontrado a ________ en una discusión animada con la responsable del catering. En cuanto la vio, sintió que el suelo se hundía bajo sus pies. Luego ella se alejó y él buscó a Greg con la intención de averiguar quién era ella y se enteró de que su amigo se le había adelantado. Antes de que pudiera abrir la boca, Greg le anunció que había conocido a la mujer de sus sueños y conseguido una cita con ella. Calum adivinó que se trataba de la misma mujer... y acertó.

-¿Y dónde estaba todo esto hace seis meses cuando me dijiste que habías conocido a la mujer de tus sueños? -preguntó.

-Ella es guapa, sexy y tan diferente a todas las demás mujeres de Nueva York que pensé que podía curarme.

¿Ella había sido sólo una cura?

Calum se levantó y se acercó a la ventana que daba a la calle porque necesitaba mirar otra cosa que no fuera el amigo al que ya no estaba seguro de conocer. Greg siempre había sido egocéntrico, pero aquello...
Fuera, los neoyorquinos compartían la acera con los turistas. En la tienda de electrónica de la acera de enfrente entraban y salían clientes. Un taxi consiguió esquivar a una furgoneta de reparto que le cortaba el paso.
Calum veía en su cabeza fotos, momentos que guardar para el recuerdo. Había apostado a que, cuanto más viera a ________ y más supiera de ella, más fácil le sería resistir su atracción, pero se había encontrado con que ocurría al contrario y había aprendido a apreciar su espíritu, su ingenio y su inteligencia más todavía que su belleza física.
Y él se había mostrado cada vez más seco. Temeroso de traicionarse con una mirada o un comentario descuidados, se ocultaba detrás de comentarios sardónicos y confiaba en que antes o después acabara pasándosele.

Apagón - Calum Hood - TERMINADAWhere stories live. Discover now