Familias en Guerra.

5. Policias sexys.

— No, señor —negué chasqueando mi lengua.— Usted no entiende, no tengo esos papeles.

— Entonces tendrás que acompañarme, cariño.

El hombre me sacó a la fuerza del auto. Yo pegué mis uñas, aferrándome al coche. El oficial me esposó.

— Trevor, necesitamos refuerzos —El hombre le habló a su micrófono.— Hijo, sé que estás aprendiendo la profesión de tu padre, pero sal de la patrulla y ayúdame.

Un chico bajó del auto, parecía muy guapo. Se parecía a uno de esos dioses griegos. Y ahí fue cuando escuché la música sonar.

It must have been love but it's over now.
It must have been good but I lost it somehow.
It must have been love but it's over now.
From the moment we touched, 'til the time had run out.

— Deja de mirar a la maldita perra psicótica y ayúdame Trevor —habló el oficial. Digamos que los brazos de Trevor no se sentían nada mal sosteniendo mi cintura.

— No es mi culpa que este gastando su tiempo en mi, porque pasó una mala noche. No es mi culpa que no le de buen sexo a su esposa —Trevor rió.

— ¡Trevor! —exclamó su padre.

— Lo lamento, pero los dos sabemos que es verdad.

— Ya vengo, iré a preguntarle a los oficiales de la estación que hacer contigo pequeña mounstruo. Tú Trevor, vigila que no intente nada.

Y sí que lo hacía bien, el presionaba su pecho contra mi espalda haciendo que me quedara inmóvil.

— Trevor... —hablé con mi voz convincente.— ¿Qué tal si... Me ayudas con estas esposas?

— Lo lamento chica —El me miró de reojo. Mordí mi labio inferior, lentamente— Ya no hagas eso...

— ¿Hacer qué? ¿Esto? —Volví a lamer mi labio.

— Ya para enserio.

— ¿Y si no quiero? ¿Me llevarás a la cárcel?

— No... —Rió.— Trendé que hacer esto... —Me besó. El me besó y continuó, hasta que su padre nos interrumpió.

— Oh por dios, Trevor. ¿Ves ahora porque no te quiero traer al trabajo? Sepárate de la culpable —El lo miró decepcionado.

— No he cometido ningún delito, así que no soy culpable de nada —Sonreí inocente.

— Te soltaré niña—festeé dentro de mí misma.

— Lo sabía.

— Pero la próxima vez que te vea haciendo alguna delincuencia... Verás.

Me subí al coche y vi le hice una seña a Trevor, como diciendo call me.

— Antes de que se vaya, va una pregunta —dijo el oficial.

— Pregunte... —lo miré expectante.

— Son muchas bolsas —miró mi auto.

— Ya me lo han dicho.

— Sus padres, ¿qué le dirán?

— Mis padres no dirán nada, porque no se enteraran...

...

— ¡BROOKLYN MADISON STEFANIA CAPULETO! ¿POR QUÉ CARAJO LA CUENTA DE LA TARJETA ES DE $223.466.000?

— Miren el lado bueno... Hice una buena inversión —Mis padres me miraban enfurecidos. La última vez que me vieron así, fue hace un mes, cuando rompí el auto de carreras de mi hermano, que había salido $3.456.788, obviamente era real, no de colección.— Compré regalos para todos... —sonreí. Veamos cómo te las arreglas Brooky—. Mamá, el último perfume Gucci —Carajo, ese lo necesitaba, todas mis amigas lo anhelaban.— Papá, un smoking, blanco —Ese sería para Lucca. Necesitaba un smoking que convine con mi vestido.

— Bien, Brooke. De todas formas, tu padre y yo no pensamos pagar esto.

— ¿Nos quedaremos en bancarrota?

— Si no trabajas, tú lo harás. Eso quiere decir que comenzaras una nueva etapa de tu vida donde T-R-A-B-A-J-A-S.

— ¿Eso lo puedo hacer? Pero es muy difícil y ninguna de mis amigas trabaja.

— Todas tus amigas lo hacen. Bueno un empleo de medio tiempo. Ámbar trabaja de ayudante en una veterinaria, Gracie es asistente de su madre en las clases de canto y Merlina trabaja en una farmacia.

— ¿Y por qué no estaba enterada?

— Porque eres la única que no abre la cabeza al mundo exterior. Nunca escuchas a tu alrededor, solo te importas tú misma.

— Bien.

— Bien, porque la hija de Eli, la vecina, trabaja en una cafetería cerca.

— ¿La hija de Eli? Hablas de...

— Sí, Ann.

— No, no puede ser...

— Si.

—¿Ann? ¿La nerd de anteojos? ¿La que todo el mundo burla? No pienso trabajar con ella.

— Lo harás linda. Ya está planificado todo. Llora, grita, patalea. Haz lo que quieras, no nos importa. Mañana a las 8 am estás arriba para ir a trabajar.