†Treinta y tres†

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Iba a mi clase de biología junto a Leah quien no dejaba de hablar sobre muchas cosas. Comenzó a caerme bien desde un principio, luego de que le contara mi reputación en la escuela. Ella solo se encogió de hombros, sin importancia, y se quedó conmigo. Miguel me atrapó en el camino y me besó en los labios frente a muchos chicos. Me ruboricé, poniéndome de un color escarlata. Luego el vio a Leah a mi lado y se presentaron, pero él era algo distante respecto a las preguntas que Leah le hacía. No le pregunté por qué.

(...)

Luego de la escuela él me llevó a casa. Estacionó el auto fuera de la entrada y bajé, notando que la tarde no era tan fría como había pensado antes. Él abrió la puerta de entrada para que yo pasara primero, seguido de él. Jazmín estaba pintando en el sofá mientras que en la radio que tenía puesta sonaba ''Where Them Girls At'' de David Guetta. Ella tarareaba el ritmo mientras movía significativamente uno de sus pies, siguiendo la melodía. Al vernos, nos sonrió mientras se ruborizaba.

-Hola, Jazmin -dijo Miguel, mientras cerraba firmemente la puerta- ¿Papá?

-Papá está en la oficina, y mamá está en su habitación -se encogió de hombros.

Miguel asintió y me tomó de la mano para ir arriba.

-Tengo un regalo para ti.

Lo miré, extrañado.

-¿Un regalo? -fruncí el seño.

-Si -me llevó a su habitación, trayéndome recuerdos de la noche anterior y provocando así que me ruborizara. Él me tendió una caja que estaba en su mesa de noche. Era un móvil- Los chicos y yo decidimos comprártelo en caso de emergencias... Tú sabes, solo por seguridad. Tiene ya los números de todos agregados, así que no tendrás problemas.

Asentí. Me senté en su cama y saqué el aparato de su caja. Era el mismo que tenía Miguel, el cual había visto en otras ocasiones. Según la caja, era un Iphone 6.

-Uhm... Gracias Miguel. Pero no sé usarlo...

-Es fácil. Te enseño, mira, dámelo -le entregué el móvil como me lo pidió. Apretó el botón circular que tenía en medio y la pantalla se encendió, colocó su dedo índice sobre ésta y se desbloqueó- Mira, por ahora solo te enseñaré a hacer llamadas. Vas aquí -me señaló un icono- Saldrá una lista, la lista de contactos. Seleccionas el nombre que quieras llamar y ya. Mira, intenta llamarme a mi -dijo antes de entregarme el móvil.

Cómo él había señalado, presioné en su nombre y la llamada comenzó instantáneamente. Sentí el zumbido del móvil de Miguel, quien cortó la llamada. Se encogió de hombros.

-No es complicado.

Asentí, estando de acuerdo con él. Sonreí.

(...)

Tarde, tardísimo, el Sr. Rogel llegó a casa, cuando ya Jazmin estaba dormida y Miguel y yo estábamos acostados. No sabía que era de la Sr. Rogel, ya que solo la había visto a la hora de la cena. Luego todos nos fuimos a nuestras habitaciones. Miguel se pasó la mayor parte del día instruyéndome con el móvil, enseñándome para qué servía cada icono. Como grabar o sacar imágenes y lo típico.

Ahora, yo intentaba dormir para así mañana ir a la escuela, pero el sueño no llegaba a mi. Comenzaba a amanecer ya y yo seguía dando vueltas entre las sábanas y colchas.

La alarma sonó, haciéndome saltar. Gruñí por la falta de sueño. Suspiré y me senté para poder refregar mis ojos. Fui al baño, saqué toallas y me desnudé para entrar a la ducha. Lavé mi cabello con el shampoo que Marie me había comprado hace unos días. Enjuagué mi cabello y apagué el agua para poder enrollarme en una toalla grande. Sequé mi cabello y lo peiné para poder ir a vestirme. Cogi una Camiseta Roja con Estampado. También una Chaqueta peluda y calentita por dentro que Miguel tenía guardado. Me coloqué unos boxers y me dispuse a colocarme lo que seleccioné, junto con unos jeans algo ajustados. Me puse calcetines gruesos y unas zapatillas Converse. Miré la hora, iba a tiempo. Sequé mi cabello con la Toalla y me puse un gorro de lana de color gris, protegiendo mis orejas del frío. Hace mucho que era capaz de ponerme ropa sin sentir frío luego. Tomé mi mochila y eché unas cuantas cosas dentro y salí después de haber desconectado mi nuevo móvil de su cargador y habérmelo guardado en el bolsillo del pantalón.

Abajo, Miguel estaba comiendo un sándwich de queso, frente a él uno igual sin tocar. Me senté y me dispuse a comer.

-Hola Rubén. -dijo Miguel mientras sonreía.

-Hola... -murmuré.

-¿Llevas tu móvil?

-Si, lo tengo aquí -dije antes de enseñárselo.

Asintió, mientras terminaba de comer. Ni Marie ni Michael estaban aquí... Que extraño... Pero decidí no preguntar, y Miguel tampoco tocó el tema.

Cuando terminé, él se levantó y me tomó la mano para salir de la casa, subirnos al auto de Miguel e irnos a la escuela.

(...)

Leah resultó ser muy simpática conmigo en cada receso. También me defendía de los demás cuando Miguel no estaba junto a mi -que eran muy pocas veces. Él aún era muy reservado con ella, y aún así la consideré como una nueva amiga.

A la salida, fui junto al auto de Miguel y viendo que él no estaba, me dispuse a esperarlo. Puse la mochila sobre el capó de éste y me recargué cuidadosamente en el. Mi móvil lo tenía ahora en el bolsillo que la chaqueta peluda tenía por dentro, para así evitar que me lo quitaran.

Vi a Leah hacerme señas desde el otro lado del estacionamiento. Luego señaló que fuera con ella. Vi hacía la salida, no había vista de Miguel. Quizás no me tomaría mucho tiempo, así que me puse la mochila sobre el hombro y troté hasta ella. Cuando estuve junto a ella, vi a dos hombres de anchos hombros, altos, de piel oscura y con lentes de sol. Ella me sonrió confiada mientras me tomaba del brazo y me plantaba al medio de ellos.

Uno de los hombres me puso un pañuelo blanco en la boca, haciéndome saltar por la sorpresa. Intenté quitar su brazo, pero el otro me agarró y juntos me subieron a un auto. Me cubrieron la vista con un pañuelo oscuro, y ya no pude ver más. Quedé inconsciente por el cloroformo que inhalaba y que estaba en el pañuelo de mi boca.

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sálvame ↮rubelangel™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora