.Celo.

14.1K 1.3K 498
                                    

Se colocó su gorra y alisó la camisa del uniforme. Se miró al espejo para corroborar que todo estuviese en su lugar.

-¿Sasuke?
-Ya... ya... -salió tomando su mochila. -Estoy listo.

Karin lo llevaba al trabajo todos los dias, después ella se iba al Instituto. Sasuke, a pesar de ser un neko individualmente inteligente, aun había cosas que su cabeza no lograba captar y eso le obligaba a trabajar en empleos simples.

Hoy, por hoy, trabajaba en una cafetería seria para jovenes artistas, estaba cerca del instituto por lo que Karin lo visitaba seguido y Sasuke no corría tanto riesgo. Cuando niño, había sufrido tanto en la calle que terminó por odiarla. Debía esforzarse para aguantar caminar sin mostrar su pánico cada vez que alguien se acercaba demasiado. Ahí es cuando le daba gracias al cielo porque Karin tenía un auto.

La cafetería era un lugar cálido que había aprendido a amar con el tiempo. El dueño era un maestro retirado llamado Iruka, muy alegre y amable, además de ser el único que conocía su secreto, por eso no fue necesario solicitarle sus documentos (puesto que Sasuke no existía ante el registro civil)
En fin, su labor consistía en ser mesero o estar en la barra, dependiendo de la cantidad de clientes. Por ejemplo, cuando la cafetería estaba llena, Sasuke estaba en la barra... tenía un talento innato para moverse rápido y una memoria excelente. La tarea de mesero no le era tan satusfactoria en realidad, la mayoría de clientes eran universitarios que buscaban algo con él y, sinceramente, no le salía eso de fingir amabilidad.

-Oh, diablos... murmuró al ver a Ten Ten atender en la barra, eso solo significaba una cosa.
-Buenos dias Sasuke, atiende la mesa dos por favor. -le dijo Iruka llevando una bebida fría a otra mesa.
Sasuke asesinó con la mirada a la chica que ni se inmutó, al contrario, le sonrió con sorna.

Eres despreciable...

Total. No había nada que hacer, se fue al fondo de la cafetería para terminar su uniforme: Ya traía el pantalón y la camisa polo de color negro, zapatos formales lustrados y su gorra con el logo de la cafetería. Solo faltaba el mandil de cintura.

Al salir, ya había dos mesas mas.

Ah...

-Buenos dias.
-Hola, yo quiero un cafe... ahm...
-Serán dos americanos. -interrumpió el muchacho. Sasuke miró a la chica indecisa y percibió su aceptación.
-¿Algo mas?
-No, hasta ahora, no. Deje una carta por favor.
-Con permiso. -se fue a entregar la orden y en seguida atendió a la otra mesa.

Iruka, a pesar de ser el dueño del establecimiento, trabajaba como los demás y seguía sonriendo ante cada cliene nuevo. Sasuke gustaba de observarlo, mirar la pasión con la que trabajaba, cuando un humano amaba lo que hacía... wow... era como... si todo su cuerpo brillara...

Naruto...

Desde el primer partido, Sasuke lo vio en televisión. Naruto amaba jugar fut bol y brillaba también. ¿Y él? Por mucho que deseaba dejar de serlo, no podía, su naturaleza era ser un neko... no humano, no gato, era tan difícil, se sentía sin identidad propia.
Si le preguntaran su deseo mas grande siempre contestaría que es Naruto. No sabía que quería en realidad de él pero lo extrañaba y ahora, que ya lo había visto después de tanto tiempo... él...

Se quedó de pie entre las mesas mirando al infinito.
Podía sentirlo, ese calorcillo en su vientre y como iba subiendo a sus mejillas.

Oh diablos...

¡¿Tan pronto?! ¡¿Sin avisar?!

-¿Sasuke? ¿Te sientes bien?

Ya estaba cayendo, no quería moverse pero debía alejarse de todos.

Viviendo con mi nekoWhere stories live. Discover now