Capitulo 4 (reescrito)

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- ¿qué tanto piensas?- cuestionó Mike al castaño junto a él, mirándolo con curiosidad- parece que estás en otro mundo.

- solo... no quiero visitar a mi padre, es todo- dejó escapar un suspiro cansado y giro la mirada al oji-azul, que se sorprendió por ver dos pequeñas lágrimas resbalar por las mejillas de Jeremy- no quiero que me lastime de nuevo.

Mike trató de preguntar a qué se refería, pero por la mirada de Jeremy entendió que era mejor morir con la duda antes de preguntar la razón. Tras un silencio incomodo, opto por preguntar a que se refería con visitar a su padre.

- el fin de semana debo ir a casa a pasar un tiempo con mis padres- explicaba con voz quebrada, haciendo esfuerzos por no llorar- pero no quiero pasar cuarenta y ocho horas en un mismo lugar con ese hombre.

- pues, si te hace algo, tú madre te defenderá ¿no?- preguntó tentativamente, tratando de no decir algo que hiciese llorar al menor.

- supongo que si...- volvió a suspirar, dejando caer la cabeza con pesases sobre la mesa de la cafetería, observando cómo su acompañante tomaba una taza de café caliente.

- bueno, mientras tú temes a tus propios padres- trato de cambiar de tema, acariciando inconscientemente el suave cabello del castaño- yo temo a los padres de mi novia.

- ¿Doll? Pero si sus padres son realmente agradables- aseguró con una sonrisa inocente, levantando la cabeza- seguro les vas a agradar.

- ¿tú crees?- Jeremy asintió, aún con esa amplia sonrisa de inocencia pura- a mí me asusta que me manden a volar de una patada. Después de todo, no soy precisamente el mejor novio del mundo.

Ambos rieron, quedando en silencio después. Jeremy bajo la mirada de nuevo, perdiéndose en sus pensamientos; Mike, por su parte, se dedicó a analizar a Jeremy en silencio, notando las pequeñas marcas que se llegaban a asomar por debajo de la manda de su suéter, "marcas de batalla" como les decían cuando estaba en la escuela.

- Jeremy ¿puedo preguntarte algo?- hablo suavemente, volviendo a acariciar el cabello del castaño, quien asintió mirándolo con curiosidad- ¿te cortas? 

Jeremy guardó silencio, apartando la mirada y bajando lo más posible las mangas del suéter que estaba usando, suspiro y volvió a mirar al mayor- solo... solo cuando estoy algo triste... o después de que él... me las-lastima.

Cualquier esfuerzo que hiciera por mantener las lágrimas en sus ojos se fue al demonio en dos segundos; sin poder evitarlo, se abrazó a Mike y lloro en silencio, sintiendo las caricias del mayor en su cabello y espalda, haciendo un intento por consolarlo.

- tranquilo- susurraba Mike, tratándolo igual que una madre a un hijo asustado- aquí no puede hacerte nada... además, puedes demandarlo por violencia intrafamiliar.

- n-no... m-ma-mamá lo qui-quiere- entre hipidos y sollozos, se aferraba con más fuerza al oji-azul, llenando el saco del mayor de lagrimas- n-no pu-puedo ha-hacer e-eso...

Mike suspira entendiendo lo que quiere decir, vuelve a guardar silencio, manteniendo un movimiento constante de su mano por la espalda de Jeremy, empezando a prender que el chico que le abraza parece un gatito asustado.

Una vez Jeremy se calma, se separa y le sonríe a Mike, tratando de decir que todo está bien, sabiendo que en realidad no es así. Ambos se levantan, casi en sincronía, y se dirigen al interior de la universidad, listos para las clases, guardando silencio como si temieran decir algo que lastimara al otro.

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- vamos, ya deja de jugar y ponte serio, no tengo todo el día- Vincent, con las manos hechas puño, estaba en la oficina del director de la universidad, junto a su hermano- en veinte minutos decir ir a clases.

- joven Allen, por favor compórtese- de no ser porque era quien le permitía estudiar allí, estaría enterrándole un cuchillo caza en la garganta- bien, ¿qué es lo que vienen a pedir ustedes dos aquí?

- verá, señor, ayer me expulsaron de mi universidad y quería pedirle un cupo para el programa de música- Roy, con su mejor sonrisa, fingía educación y elegancia pata convencer al hombre que era mejor que su hermano en lo que a etiqueta respecta, asunto que ambos sabían, era mentira.

- lo lamento, pero no puedo hacer tal cosa- el director, de uno de los cajones, saco y entregó un documento debidamente llenado, con muchas firmas y un solo nombre allí «Roy Allen»- de acuerdo a esto, fue expulsado por mal comportamiento y falta de constancia en clases y talleres. No pienso aceptar a un estudiante de ese tipo en mi universidad.

El peli-negro bufo frustrado, arrugando en reporte de conducta en sus manos y dejándolo (tirándolo) en el escritorio del hombre- quédese con su universidad de mierda, puedo conseguirme un cupo en cualquier puto plantel educativo, aún más lejos de este lame-culos que tengo por hermano.

Vincent le dio un zape a su hermano, y halándolo de la capucha de la sudadera, le saco de la oficina- más respeto, niño caprichoso, que aquí los únicos que lanzan insultos al aire son los que están becados.

- ¿cómo tú, bastardo?- reto con una sonrisa ladina, zafándose del agarre de su hermano. Antes de poder siquiera alejarse, o retarlo de nuevo, se encontraba estampado contra la pared, con un cuchillo en la garganta.

- mira hermanito- los ojos de Vincent, que suelen postrar a las chicas a sus pies, se tornaron obscuros y fríos, casi como los de un asesino- aquí el único bastardo eres tú. Te aconsejo cuidar la lengua, nunca se sabe cuando la puedes perder.- una sonrisa torcida, siniestra, se alojó en los labios del mayor, dándole un aspecto tan aterrador que hizo temblar a quien, toda su vida, le ha visto en peores etapas.

- ba... bájame, Vinny- el mayor le soltó, y alzando el dedo del medio, se alejó con paso firme. Aún con los ojos obscurecidos de enojo, tratando de relajarse, jugando con el cuchillo mientras susurraba maldiciones para sí mismo.

Salió de su mundo al escuchar las protestas de alguien, una voz muy conocida para él. Busco con la mirada hasta dar con Scott, que estaba sentado sobre un escalón de la escalera principal, hablando por teléfono con alguien. Se acercó y sentó junto al peli-negro, riendo por las expresiones de su rostro.

- no me importa, no me voy a cambiar de universidad por su regalado gusto- guardó silencio mientras le hablaban del otro lado- escucha bien mujer, terminaré la carrera aquí y me mudare tan menos de ustedes que no recordarán ni mi existencia. Así que, deja de insistir y verte al demonio.

- oye, no creo correcto tratar así a una mujer- burlo al ver que cortaba la llamada de golpe, recibiendo una mirada asesina por parte del peli-negro.- bueno, pero no me mates.

- era mi madre, o algo así. Quiere que regrese a su casa y terminé de estudiar allí- bufo frustrado y cerró los ojos, respirando hondo y soltando todo el aire de golpe- preferiría abrazarte antes de hacer eso.

- ¿tan grave es?- Scott asintió, aun sin abrir los ojos- no los dejes controlar tu vida, se suponer que ya eres independiente, eres mayor de edad y todo.

- pero ellos siguen tratándome como un niño.

- tranquilo, las cosas se solucionan sola- aseguró con una sonrisa, aguantando el impulso de palmearle la espalda o poner su mano en el hombro- ya verá.

- eso espero...

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Satán agradece los saludos que envían.

¿Qué tal su Navidad? Yo recibí libros y estoy más que feliz. Es más, me dio ataque de inspiración luego de leer un poco.

Para año nuevo les tengo un pequeño aviso, lo publicare el 31.

Nos leemos después :)

Hafefobia| PurplePhone/JereMike Donde viven las historias. Descúbrelo ahora