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"Cada dolor te hace más fuerte, cada traición más inteligente, cada desilución más hábil y cada experiencia más sabio."

{JEREMY}

Me agacho rápidamente cuando me encuentro con un cuchillo que va directo a mi cabeza.
¿Quién coño ha intentado matarme?

Cuando recupero mi compostura, lo veo. Es Kian. Él ha intentado clavarme un cuchillo.
Lo miro boquiabierto y retrocediendo.
- ¿Qué cojones te pasa?- le pregunto.
Kian enseguida reacciona, baja el cuchillo y niega con la cabeza.
- Yo... creí que eras un caminante...
- ¡Pudiste haberme matado!- le grito, algo enfadado.
- Pues no me hubieras asustado de esa manera...- dice Kian, indiferente.
Muchas veces me pregunto si de verdad es mi amigo, si de verdad hay una especie de confianza entre nosotros...
- Mira, ¿sabes qué? Da igual- le digo quitándole importancia con un gesto-. Tenemos que seguir a esos tíos, se llevaron mi cámara...

Traté de perseguirlos pero ya estaban demasiado lejos, así que me interné por el lado del bosque donde se fue Kian y me puse a buscarlo como un loco, temeroso por estar solo y por el inmenso silencio del bosque, hasta que lo encontré y casi me mata en el acto.

- Ya es demasiado tarde, no vamos a volver a ver a esos tíos- me dice Kian.
- Pero...- susurro con nostalgia, aguantádome las lágrimas, no me gusta mostrar mi debilidad delante de otras personas-... mi cámara... Arabella... la necesito... para mí es como mi familia. Y en cierto sentido lo es, Arabella está llena de recuerdos...
- Lo siento, chico, pero aunque intentemos buscar a esos tíos, no lo conseguiremos y lo único que haremos es retrasar nuestra misión- me dice Kian, a lo que no puedo negarme.

Nuestro objetivo principal: llegar a Liverpool.
Recuerdo como hace no mucho, yo y Kian, decidimos hacer algo por la raza humana, ayudarla de alguna forma. Una de ellas es ir cargándose a todos los zombis que podamos durante nuestro camino pero el objetivo primordial es encontrar un cura al virus que causa que un humano se convierta en otra cosa... en un zombi... Y para ello es necesario conocer antes cómo y dónde comenzo la infección, el origen de todo este apocalipsis.
Ambos tenemos una cosa en común y es que somos curiosos por naturaleza. No somos científicos ni investigadores ni nada de eso, pero aún así queremos averiguar lo que ha pasado. Mi hermano, mi gemelo, que era químico, vendría de lujo para esta misión, pero, lamentablemente, ya no se encuentra junto a mí.

Hace poco oímos una transmisión por radio, proveniente de la Catedral de Liverpool, que ahora es un centro de investigación. Allí buscan desesperadamente una cura y tienen información importante del origen de la infección. En su interior, hay una pequeña comunidad que acepta nuevos supervivientes que estén decididos a ayudar con la investigación. Y a eso vamos nosotros, pero a este paso, tardaremos mucho en llegar.
Ahora tenemos que ir a pie, sin ninguna arma, salvo el cuchillo de Kian, el mío estaba en mi mochila, junto a Arabella y todo lo demás.

Caminamos por el bosque, esquivando la multitud de gigantescos árboles de troncos gruesos que nos encontramos por el camino.
Hay demasiado silencio, solo interrumpido por nuestras respiraciones, la pisada de las hojas o de alguna rama y el canto de algún que otro pájaro.
Es agradable saber que los pájaros están bien, que no corren peligro. Al menos los zombis y su puto virus no podrán con ellos.

- Gggrh.

Me giro, con el corazón en un puño.
Por mi espalda se acerca uno de ellos, un zombi.
Otro aparece por la izquierda, sobresaltando a Kian.
No tengo armas, solo puedo usar las manos, y no sé pelear cuerpo a cuerpo contra ellos.
Echo a correr sin ver si Kian me sigue o no.
Un zombi me sorprende desde detrás de un tronco. Veo a dos más un poco lejos, a mi derecha. Y por mi izquierda no veo nada pero se escuchan más gemidos.

Apocalipsis ZombiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora