Cuando nuestras miradas se encuentran sonríe aunque su cara rápidamente pasa a sería al observar como voy. Sus ojos me analizan de arriba abajo sin dejar ningún centímetro de mi piel expuesta sin analizar.

Su paso se acelera y en dos segundos esta delante de mí. Sus ojos marrones son aun mas oscuros y trago en seco cuando reconozco el hambre con el que me mira.

–Hola –quiero besarle, quiero mucho besarle. Le veo fruncir el ceño cuando me mira otra vez y no se que esta mal –¿Qué esta mal?

–Patito tu me quieres dar un ataque al corazón al vestirte así –su brazo instintivamente rodea mi cintura y me acerca a él. –Lo llego a saber y vengo antes para evitar que cada chico en esta habitación te éste comiendo con los ojos, solo yo puedo hacer eso.

Suspiro al darme cuenta de que en realidad le gusta mucho mi traje.

Sus labios están tan cerca y se que este es el momento para besarle. Milímetro a milímetro nos acercamos y no puedo evitar poner mis manos sobre sus brazos para apoyarme sintiendo sus fuertes músculos.

Sus ojos no dejan los míos incluso cuando lo único que tiene que hacer es bajar su boca a la mía. Un pequeño movimiento que me pone nerviosa de pies a cabeza.

–Juls presentarme a tu cita –grita Lucia detrás de mí.

Su sincronización no podía haber sido peor, me ha quitado mi mejor beso.

Gruño y puedo jurar que Sean se ríe suavemente mientras me doy la vuelta.

La vista de Lucia esta completamente en Sean pasando totalmente de mi. Cruza sus brazos sobre su pecho en un esfuerzo por hacer sus tetas parecer aun mas grandes.

–Sean esta es Lucia –el alivio me inunda cuando veo que no se acerca para darle dos besos, para disgusto de esta –Lucia este es mi novio Sean.

Su cara de incredulidad es épica pero también me doy cuenta de mi pequeña mentira.

El brazo de Sean me rodea a la vez que pega su pecho a mi espalda.

Su cuerpo se presiona contra el mío, y siento su erección. Presionada contra mi culo.

Es grande, muy grande y solo imaginarme lo que seria mi primera vez con el me parece increíble. Casi me da miedo hasta de que duela demasiado. Ser virgen apesta. Aunque probablemente Sean haga el sexo muy bueno, ya que parece todo un experto en eso.

Su boca acaricia mi oreja enviando escalofríos a través de mi columna, gracias a lo cual en un movimiento involuntario me froto contra él.

–Novio suena bien, aunque nunca me ha gustado esa palabra. Simplemente eres mía patito –sus palabras susurradas me excitan y tengo que apretar mis muslos para buscar un poco de alivio –Sé que has sentido lo duro que me pones y ni si quiera he tenido oportunidad de besarte.

Antes de que me de cuenta me da la vuelta y me besa.

Oh Dios mío.

Se siente tan bien, sus labios son tan buenos como pensé que serian e incluso más. Sus manos agarran mi cadera y me aprieta contra él haciéndome gemir en su boca cuando su erección se frota contra mi centro. Me besa tan duro y fuerte que mi cuerpo se deshace, su lengua se mueve dentro de mi boca y sé en ese segundo que estoy perdida.

Dejo que él tome el control siendo incapaz de hacer otra cosa que intentar seguir su ritmo. Es como el néctar, haciéndome más y más dependiente de sus besos. Labios suaves pero carnosos, boca ágil y sabor a menta va a ser mi vicio.

Hasta el finWhere stories live. Discover now