Mikaela es una mujer simple, trabajadora, dedicada a su vida personal, aunque en ocasiones se vió forzada a abandonarla por los importantes trabajos en su empresa. Es también, una mujer que quiere que su vida sea una de cuentos de princesas, con un...
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Hoy, 23 de diciembre, día de mi cumpleaños me encuentro llegando a la casa a las 7:00am. Tenía demasiado sueño. El viaje fue agotador y no dormí nada en Paris. Me despierto a las 11:00am luego de dormir un rato, porque mis padres y mis hermanas me han traído un pastel y me han cantado cumpleaños. ¡Si! Hoy cumplo veintisiete años de edad. Un año más de vida, un año más en el que mi sueño de ser madre cae por la borda. Al mediodía ya a las 12:00pm la casa se encuentra sola como siempre, desde que Brian se fue. Ahora me doy cuenta que fue lo mejor que ha podido hacer. Sentada en la tumbona frente a la alberca tomando el sol me encuentro cuando escucho la voz de una niña gritando mi nombre. Me levanto y quito mis gafas de sol volteándome para encontrarme con quien imaginaba, Valentina Rockefeller. Es niña que en tan poco tiempo se ha ganado mi corazón y cariño.
-¡Feliz Cumpleaños! -me abraza y mientras me abraza veo a Harry con una amplia sonrisa y me sorprendo cuando veo en sus manos un hermoso ramo de rosas rojas.
Me pongo de pies y me acerco a él y sin dudarlo lo rodeo con los brazos abrazándolo. Aspirando su rico olor varonil, sus brazos me rodean creándome una carga energética de puro nervios. Sus brazos se sienten tan bien abrazándome que quisiera que nunca por alguna extraña razón me soltara.
-Felicidades -me susurra haciéndome erizar la piel con esas simples palabras.
-Gracias -le susurro y me separo para alejarme y me encuentro con su rostro a solo centímetros del mío. Sus ojos me miran con admiración y detenimiento admirando cada mínimo detalle mientras moja sus labios rosados convirtiéndolos más apetecibles.
-Esto es para ti -me brinda el ramo.
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Lo tomo en mis manos con una amplia sonrisa y las llevo a mi cara para oler el delicioso olor a rosas frescas. Le sonrió dándole las gracias y me volteo a mirar a Valentina quien se encuentra mirando en nuestra dirección sonriendo. ¿Porque sonríe de esa manera?
- Papi ¿ya se lo puedo decir? -pregunta Valentina mirando a su padre quien solo mueve la cabeza afirmando.
- Quiero que como es tu cumpleaños como regalo queremos llevarte a pasear por la ciudad y llevarte a una feria que hay según dijo mi padre, que dices ¿nos acompañaras? -pregunta poniendo ese único ojos cachorritos para no poder negarme.
