Kate lloraba.

—No importa cuán zorra seas, Katie —habló Chris—, nunca serás como Leyra, ella sí que sabe ser mejor ¿o no, Dani?

¿Quién rayos es esa tal Leyra?

Seguí, tratando de escuchar bien de lo que hablaban, la imagen mostraba a Daniel enojado.

—Eres un maldito bastardo —espetó éste—. Y tú —se giró hacia la castaña— eres una zorra.

—¡Yo no sabía eso! —sollozó.

—Que tierna e ingenua eres, Katie. Y aun así crees en Daniel. ¿No sabías que él fue quien permitió todo?

»Daniel solo juega a ser tu amigo, pero le valió un cuerno que a ti te pasara algo. ¿No prometió cuidarte? Lo mismo hace con todas. Así comienzan, se hacen amigos y luego se las folla. Así que de hacerlo él, lo hice yo.

Kate suelta un chillido. No es capaz de mantener la cordura. Sólo quiero golpear a uno de los tres.

—No me metas en tu estúpido juego, imbécil. —Daniel levanta las manos, dejando en claro que no tiene culpa—. Kate fue la zorra, yo sólo quiero que me dejen en paz ambos.

—Daniel... —habló la chica.

—No me hables —espetó él—. Nunca lo hagas. Ya no creo en ti.

Ella soltó un jadeo y lloró más fuerte.

—¡Eres el peor amigo del mundo!

Quité el vídeo.

Para mí ver esto era abominable. ¿Qué le habían hecho a Kate? Era obvio que Daniel estaba involucrado.

Me levanté de un salto y tomé mi teléfono. Llamé a Kate.

Di vueltas en mi habitación mientras entraba la llamada, cerré la computadora después de sacar la memoria.

—¿Ellie? —contestó Kate.

—Necesito hablar contigo, ahora.

—Ellie, estoy con...

—Me importa poco dónde estés, sólo dime si estás en tu casa.

—Sí —dijo, y yo garantizaba que estaba frunciendo el ceño.

—Voy para allá.

Me calcé con unas sandalias simples y salí de casa. Avisé a papá antes de salir. Caminé rápido por el patio delantero, no quería que él me viera, no podría verlo, no sin antes no saber la verdad.

—Ellison —me llamó, justamente quien no quería que lo hiciera.

Me armé de valor y me giré, no podía poner buena cara, era él quien insultaba a Kate. Era él.

—Te hablo luego —dije, con un tono más severo del que habría querido.

No esperé más y salí corriendo a la siguiente calle.

Sólo no quería que todo se fuera al carajo.

• • •

Kate lloraba. Lo hacía desde que llegué y exigí la verdad.

—Kate...

—Yo... no puedo, Ellie. No puedo decirte toda la verdad. —Sollozó.

Dejé que llorara. Era lo que necesitaba, después de todo, las personas necesitamos eso. Llorar limpiaba el alma.

Kate se sentó sobre su cama y yo a su lado.

—Por favor —supliqué—. Necesito esa verdad.

Sueños secretos [COMPLETA]Where stories live. Discover now