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El joven Park JiMin, hacia sus preparativos para su rutina establecida. Primero desayunar, segundo alistar los libros que usará en la Universidad, más el libro que va a leer en el viaje en tren hacia aquel lugar, tercero alistarse, le gusta siempre andar impecable y cuarto, salir de su apartamento a enfrentar el nuevo día con una buena actitud.

Una vez completados los pasos 1, 3 y por poco el número 2, se sintió indeciso. ¿Cuál libro debería leer hoy? Su biblioteca improvisada cargada de libros revueltos con los leídos y no leídos, le daban un sinfín de opciones. Podría leer un libro nuevo, releer un libro, releer por millonésima vez su libro favorito o ir estudiando de su libro de Recursos Humanos. Arrugó la nariz por la última opción, es un día muy bello como para estudiar desde las 6:30 am.

Su vista analizó cada uno de sus libros. Hoy ninguno parecía tener un atractivo especial para él. A excepción del que estaba fuera de su lugar. Un libro delgado de apariencia vieja, un libro de Oscar Wilde. ¿Hace cuánto lo tenía? No lo sabe, pero esa es su respuesta definitiva a la pregunta que su mente formuló.

Cruzó su bolso por su pecho (pesado por culpa de los libros), acomodó su bufanda y sus gafas de pasta gruesa y salió de su hogar. Una vibración en su pecho lo hacía sonreír, hoy sería un excelente día.


~*~

Querido Bosie:

Con esas palabras empezó su lectura matinal. Luego de cinco páginas después un dolor se instaló en su pecho. Todo aquello que leía le traía el amargo recuerdo de cierta persona.

Su antiguo amor.

"Lily". Se acordó del sobrenombre que le había puesto.

De lo poco que había leído, hubo una frase que encajaba totalmente con ella:

"Tu interés servía únicamente tu gula y tus caprichos; tu afán encaminábase simplemente hacia placeres y goces más o menos vulgares, que tu temperamento necesitaba, o creía necesitar al minuto."

Su mente lo llevó al momento de su ruptura.

«—Tenemos que hablar, Jimin-no utilizó ninguno de los apodos que solía usar, sólo dijo mi nombre a secas- últimamente no sé qué te ha pasado. ¿Te has hartado de mi? Si es así dímelo y dejamos esta relación hasta dónde está.

—¿Lily, cómo podría hartarme? No quiero dejarte, no puedo. Te amo demasiado para terminar, por favor no me amenaces. Siempre lo demuestro de diferentes formas y sé que lo entiendes porque tu rostro feliz me lo dice— ¿qué es este dolor en mi pecho?—. Fuiste tú quién, desde el principio, dijo que éramos el uno para el otro.

¿Por qué repites esta escena a mitad de la calle?

Soy yo el que no comprendo tu forma de actuar. Hace meses que vives haciendo estas escenas, hace mucho tiempo que te noto fría y áspera conmigo. La única cosa que he hecho es amarte cada día más, pero ¿y tú? Sinceramente no creo que lo hayas hecho.

¿Me acusas a mí? ¿Por tus errores?— ¿cuáles errores?— Eres un poco hombre. No soporto el verte. Se acabó. No quiero verte nunca más, está relación es un asco al igual que tú. Inmaduro, estúpido, pegajoso, repulsivo.

¿Puedes parar ya? La gente empieza a rodearnos...

...


Esa vez me trataste así, y yo no hice nada por merecer eso, fuiste tú la que no dejó de molestar hasta tenerme como amante. Porque no era una relación seria... Y aún sabiendo eso, me esforzé por darte todo lo que pedías, cada uno de tus antojos y mimos. Tú misma habías dicho que era el mejor hombre para ti.»

¿Hace cuánto que Jimin no pensaba en ella? Podría ser más de dos años y el dolor seguía vivo en él, apretando su pecho, al punto de estar (según él) al borde de la muerte.

Puso la mano en su camisa, a la altura del corazón y, cuando la apretó, sintió sus lágrimas rodar por sus mejillas.

«Aún lejos de ti, hago el ridículo en público por tu culpa» pensó Jimin. Bajó su cabeza para que no lo vieran llorar.

—Tome joven— la persona en el asiento del frente le ofreció una servilleta de papel-usted la necesita más que yo.

Sin hacer contacto visual aceptó la servilleta y agradeció el gesto. También pidió disculpas por las molestias, estaba muy apenado, no podía hacer más que aquello.

—Sabe, no lo culpo por ser sensible o por tener sentimientos. Usted llore, hágalo con confianza, no hay nadie viendo— volvió su vista a la ventana y secó sus ojos— ¿es un libro triste?— intentó entablar una conversación, pero, debido a su silencio, dejó de insistir.

~*~

De acuerdo con su rutina, Jimin asistió a sus clases, fue el mismo estudiante aplicado, el odiado por todos por ser el “preferido” del profesor.

Todo hubiese ido bien si no hubiera recordado el incidente en el tren. Pensar en eso no estaba en sus planes y eso sería un problema muy grande. De nuevo lo invadió el dolor, la vergüenza y las ganas de llorar.

¿Amor? [YoonMin/JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora