Capítulo 9

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Consecuencias


Una luz brillante que parpadea lentamente.

 ¿Una estrella? Muchas estrellas, creo que estoy en el aire, en el universo... y, es genial.

Mi visión es borrosa y empiezo a confundirme, ¿Por qué todo está blanco?

― ¿No me estás escuchando? ―reconozco esa voz.

Miro hacia mi costado derecho sin muchas ganas.

― ¿No me reconoces? ―pregunta.

― ¿Qué haces aquí?

― ¿En dónde? ―me pregunta como si ella no supiera en donde estamos.

Miro a mi alrededor, ¿Una habitación de hospital?

― ¿Qué pasó? ―me empiezo a angustiar e intento levantarme. Giselle me impide que me levante y solo así siento un fuerte dolor en el brazo casi en el hombro.

― Te pasó algo ridículo. ―explica fastidiada.

― ¿Qué me pasó? ―le pregunto casi enojada, la realidad es que mi hermana es una odiosa y bueno, ya empiezo a tener consciencia de lo que sucedió. No es como si quisiera recordarlo todo.

― Te caíste de la moto.

Solo recuerdo la Hummer de Efraín asomándose en la esquina. Me toco la cara en busca de sentir algún dolor.

― No te pasó nada. Solo frenaste bruscamente y el impulso te hizo volar a algunos metros hacia el césped. Nada que lamentar... ah sí, algunos rasguños en la moto, nada que no la haga ver espectacular.

― ¿Dices que no me pasó nada? ¿Estás segura? ―pregunto incorporándome preocupada por mí.

Muevo los pies y efectivamente puedo sentirlos. Me dejo caer en la camilla y siento un fuerte dolor en el brazo izquierdo que me saca un gemido.

― Los doctores dicen que no tienes huesos rotos.

― Pero, me duele mucho el brazo. ―le digo tocándome el brazo izquierdo. En realidad el dolor es un poco intenso.

― Se lo informaré al doctor. ―dice mientras se levanta para salir de la habitación.

― Espera, ¿Quién sabe de esto?

Por favor que mi padre no esté al tanto de la situación.

― Los que estaban en momento del show y yo. ―me responde despreocupada.

― ¿Y nuestros padres?

― Lo que te pasó no es tan grave, Efraín sugirió que no le dijéramos a nuestra madre y mucho menos a nuestro padre.

― ¿Efraín te llamó antes de traerme aquí?

― Yo iba con Efraín en el auto.

¿Ella iba con él? ¿Qué iban a hacer ellos dos a mi casa?

Giselle sale de la habitación. Me duelen las extremidades, y mañana el dolor será peor. La puerta se abre de repente y Karla entra con Andrés. Ambos con caras digna de fotografiar.

― ¡Grace! ―gimotea Karla mientras me abraza.

― ¡Auch! Mi brazo, me duele.

― Lo siento. ―dice―. Estaba muy preocupada y Andrés no dejaba de echarse la culpa y yo te vi volar como Goku...

ALÉJATE [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora