En este punto, mis ganas de tomar ese precioso y delicado corazón y destrozarlo con mis propias manos aumentaron miles de veces más... Entonces recordé que no podía hacerlo. Mierda. Tendría que ir por el camino más largo.

–Deja pasar a su padre y al resto de su patética familia cuando lleguen. Ya me han fastidiado demasiado.– Hice un movimiento con mi mano en dirección a la chica que estaba recostada en mi cama y una pequeña niebla azul se formó en su frente. Es un hechizo de sueño que aprendí hace mucho tiempo. –En cuanto a lo que me acabas de decir, usaremos eso. Ella siente rencor por la muerte de Graham...– Una sonrisa se abrió camino en mi rostro –Y no sabe qué sucedió realmente ese día... Sombra, esto es lo que haremos:...–

***

+Narra Félix+

Acaba de amanecer. Me dirigo hacia la cabaña de Pan para poder ver a Maggie, ya que, no pienso mentir, estaba muy preocupado por ella. No por los planes de Pan o porque su corazón pueda darnos a todos inmortalidad (Si, se todo.). Pan quiere mi ayuda para esto ya que, al parecer, Maggie me "tolera" más que a él... No la culpo. Creo que, entre Peter y yo, Maggie ha tenido un buen comienzo conmigo. Sí, la amenacé a muerte en su primer o segundo día aquí. Pero hey, no la envié al lado oscuro de la isla, yo le presenté a los niños perdidos más pequeños y al parecer, ellos la adoran. Creo que estoy en paz con ella hasta ahora, no?

Al llegar a la habitación de Pan, la encuentro sentada en el borde de la cama. Está dándome la espalda y, por la forma de su postura, puedo decir que tiene la mirada fija en la nada, está temblando y susurra algunas palabras que no logro descifrar. Su cabello cae en cascada por su espalda y hombros, dejando que se vea mejor lo despeinado que está.

La simple vista hace que algo dentro de mi se desgarre. Es algo realmente estúpido. No la conozco. No debería sentir nada por ella... Pero hay algo dentro de mi que no tolera verla así... Sacudo mi cabeza intentando alejar todos esos pensamientos ridículos y comienzo a caminar a pasos lentos hacia ella esperando que no se de cuenta de mi presencia.

–Qué quieres ahora Pan?– Su voz es ronca, gastada... Ha gritado, seguramente ha llorado mucho.

–Me temo que se ha equivocado de nombre su majestad–. Intento acercarme un poco más.

Al llegar junto a ella, decido sentarme. Intento abrazarla pero ella se encoge ante mi tacto y decido colocarme frente a ella... La tomo por los hombros y con una mano alzo su barbilla par poder verla mejor... Sus ojos están rojos y un poco hinchados. Hay varios rastros de lágrimas en toda su cara. Su mirada es vacía. No hay rastros de nada en esos ojos, no hay temor, no hay odio, ni enojo, simplemente no hay nada. Es como si estuviera viendo solamente a un par de canicas.

–Pero que te ha hecho?– Por fin suelto en un susurro. Ella solamente se encoge de hombros, restándole importancia. Un sentimiento de furia empieza a crecer dentro de mi, Peter tiene sus intenciones y planes bien calculados, pero aunque no recuerdo casi nada de mi vida antes de Neverland, recuerdo perfectamente que nunca me ha gustado ver a una chica llorar, mucho menos sufrir.

–Ven aquí–. Ordeno para que se levante. Lentamente se levanta y yo la envuelvo en un abrazo. Al principio, ella intenta liberarse de mi agarre, pero al cabo de unos segundos se rinde y me devuelve el gesto. –No sé que te ha pasado– Suelto después de varios minutos de silencio –. Pero dudo mucho que la Reina de los Ladrones haya estado así en sus días de gloria.– Ella suelta un sollozo ahogado, lo que me hace apretar todavía mas mi agarre alrededor de su espalda. –Estaba pensando... Jack y Tommy no te han visto, Tommy necesita entrenamiento y creo que yo también...–

La reina de NeverlandWhere stories live. Discover now