Capítulo 11.

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Violet

Durante estas últimas 2 semanas Melissa ha tratado de hacerme la vida imposible - trata de demostrarme que Marcos es suyo o algo así. Esta todo el tiempo encima de él y lo besa cuando yo paso a su lado o cosas así y el idiota la deja hacer eso - pero no lo ha logrado porque no le doy importancia a nada de lo que hace. Y Marcos que decía que yo le gustaba, ya no dan ganas de confiar en la gente.

Creo que Melissa hasta ha corrido un rumor de que las chicas cuiden a sus novios porque se los puedo quitar. Es algo muy inmaduro. No me sorprendería que uno de estos días salga a decir que soy lesbiana y salgo con su hermana o algo por el estilo. Apenas si he cruzado palabra con Marcos aveces en los recesos me busca e intenta hablarme pero sólo lo ignoro y he tratado de dejarle claro que ya no me busque que se quede con Melissa pero parece no entender, o no querer entender. No lo sé. Ethan es muy cariñoso y amable conmigo pero no me gusta y no quiero darle falsas esperanzas.

En la escuela estoy cada vez más sola, cada vez extraño más a Elisa y a Jake los necesito demasiado. Odio a mis padres por hacerme dejar a todos mis amigos y conocidos y prácticamente obligarme a olvidarme de ellos. Esa es la razón por la que paso todos los días con la cabeza en las nubes. E invento historias en mi cabeza o me imagino como sería sería mi vida en otras circunstancias. Es tonto lo sé, pero es la forma que he encontrado para desconectarse del mundo por un rato, eso y la música. También estoy tratando de conseguir empleo para pasar menos tiempo en mi casa y también para tener mi propio dinero.

Si no fuera porque Ethan se sienta a mi lado en clase estaría sola en un rincón porque al parecer las chicas de aquí son tan descerebradas que creen  todo lo que escuchan. Y cada vez que paso cuchichean algunas cosas que no logro entender pero que tampoco me importa, nunca me ha importado lo que digan las personas de mi, y ellas no serán la excepción. Aunque aveces Ethan en los recesos se va con sus amigos pero no me importa. Creo que es mejor, no pienso alejarlo de sus amigos no tengo ningún derecho.

Y para mi suerte ahora Elisa también se ha quedado sin  móvil, lo se, soy una afortunada. Hablamos por el celular de su hermana pero no es lo mismo, ya no le puedo contar todo lo que necesito ni ella a mi.

Mientras tanto con mi madre cada vez me llevo peor cada vez las marcas de sus golpes son más notorias, y tengo que usar camisetas de mangas largas o jeans para disimularlos, en mi rostro trata de no dejar marcas para que nadie lo note aunque aveces lo hace y tengo que usar maquillaje para ocultarlas y también para intentar disimular mis ojos rojos e hinchados por llorar. Y mi padre como siempre simula no escuchar cuando mi madre me golpea o me grita, claro, obviamente tiene cosas mucho más importantes que defender a su hija de la cual NUNCA se preocupó ni ocupó cuando era pequeña - Nótese el sarcasmo -.

Una vez escuche que las cicatrices son un recordatorio del sufrimiento, y hacen al portador no querer volver a ser lastimado jamás. Y despiertan un deseo insaciable de hacer pagar al que las produjo.

En este caso mi madre.

Y de apoco mi odio hacia ella se va incrementando.

El odio es un terrible veneno, destruye el alma y te hace sufrir. O al menos eso es lo que dicen.

También he matado al gato de mis vecinos, ese gato era muy molesto no me dejaba dormir en las noches. Lo único que sabía hacer era maullar cuando por fin consolidaba mi sueño. Eso fue hace dos noches, estaba cansada y al fin había dejado de llorar, así que me recoste y cuando estaba a punto de dormir. PUM. El maldito gato de nuevo, ya harta decidí levantarme y baje sigilosamente las escaleras, me dirigí a la cocina y tome un cuchillo. Ya en el patio trasero camine hasta el muro ya que el gato se encontraba encima del mismo y lo apuñale. Lo apuñale tanto que le destroce el estómago y la sangre salpicó por todos lados pero se sintió tan jodidamente bien. Parecía que todos mis problemas se hubieran esfumado en un abrir y cerrar de ojos sentía un sentimiento de satisfacción al ver toda esa sangre correr y saber que ese maldito gato ya no me iba a molestar.

Desde esa noche puedo dormir tranquilamente, sin ningún maullido que me despierte a mitad de la noche.

VioletWhere stories live. Discover now