Capitulo 3: Mujer misteriosa

1.6K 81 23
                                    

Cuando Marinette abrió sus ojos fue casi como un huracán de emociones, sus últimas memorias tenían lugar en una tenebrosa mansión Agreste y la cantidad de Analgésicos y Antinflamatorios que tenía ya a esas horas en la sangre no la dejaban pensar con claridad. Claro, ella no entendió eso hasta que al intentar moverse, un dolor punzante en el tórax le obligó a volver a la posición inicial y mirar a su alrededor asustada, aparentemente era el hospital aunque seguía confundida.

–Adrien...-–llamó casi balbuceando, aunque solo acudieron sus padres, tenían una expresión muy preocupada en sus rostros, pero a la vez a aliviada de ver a su hija consciente –

–No te sobre esfuerces – pidió su madre – estás en el hospital cariño, ¿recuerdas que ocurrió? – preguntó con la voz más serena y tranquilizadora que podría existir para Marinette.

Para ella todo era muy confuso, una serie de imágenes saltadas de la noche anterior y recuerdos que no podía narrar a sus padres, no sabía que decirles ni siquiera sabía a ciencia cierta que había ocurrido.

–Adrien... – murmuró casi llamándolo, su madre se acercó más a acariciarle el cabello y tomarle la mano su expresión mostraba ternura y preocupación, le regaló una sonrisa a su hija y besó su frente.

–Él te trajo Marinette, nos contó que estabais trabajando en un proyecto en su casa y tuviste un accidente intentando ayudar a su padre, el pobre chico esta devastado, su padre se llevó la peor parte, además se siente fatal por haberte involucrado – apretó un poquito la mano de la menor entre las suyas- Es un buen chico.

–Lo sé... –intentó corresponder el apretón de mano de su madre e incorporarse sentándose en la camilla pero al moverse demasiado le dolía, nada insoportable gracias a los medicamentos pero dolor al final de cuentas...- mamá... ¿Dónde está mi móvil? –preguntó la muchacha con voz tenue.

–No me digas que planeas sacarte una selfy y subirla a Facebook ... -–preguntó la mujer algo indignada.

–No! – Se apresuró a responder – solo quiero mandarle un mensaje a Adrien... dijiste que lo está pasando mal.

No muy convencida la señora buscó el celular de su hija entre una pila de objetos que tenían en una mesa y se lo entregó. Para Marinette no fue difícil encontrar el número de su compañero, pues estaba de los primeros en su lista, tecleó unas cuantas palabras y volvió a dejar caer los brazos a la cama, esa simple acción parecía haberle supuesto un esfuerzo sobre humano.

– ¿Cuándo podré volver a casa? –preguntó cerrando los ojos algo adormecida.

–Te tienes que quedar esta noche en observación... mañana decidirán si te puedes ir, tienes suerte de no tener nada roto.

–Entiendo... –declaró la chica algo desanimada, hubiera preferido dormir en su cama, ese lugar era algo incómodo.

–Hija, con tu padre ya nos iremos, ahora que sabemos estas mejor es una alivio y debemos ir a ver la tienda.

–Está bien mamá, ¿los veré pronto?

–Llama si necesitas algo –le sonrió su madre y salieron de la habitación.

Su padre había estado muy callado, no era un hombre de muchas palabras, pero la preocupación hacia que esa característica se acentuara, aunque eso no cambiaba el hecho de que en la habitación se respiraba un aire cálido, de preocupación y amor, muy en contraste a lo que ocurría al otro lado del hospital en la unidad de paciente crítico.

Sobre todo en las malasWhere stories live. Discover now