prólogo

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era un día fresco de otoño, los finales estaban por terminar y después de eso seríamos libres. nuestro último examen era el más sencillo, así que lo dimos concluido antes de lo esperado. gracias a esto pudimos tener tiempo libre para pasear alrededor del colegio, ahí es cuando lo vi.

los edificios estaban separados, así que nunca lo había visto, y si lo había hecho, jamás le presté atención. era alto, hacía que mi pequeño cuerpo se viera insignificante a su lado, piernas tan largas que dejaría que me estrangularan. vaya, que metáfora tan extraña pero sí, bastante largas. unos ojos tan azules que parecían grises y no me molestaría perderme en ellos. lo ultimo pero no menos importante, la sonrisa más bella que haya visto, les juro que no pude evitar tropezarme con alguien en el pasillo, de lo hermoso que él era.

él obviamente no prestó atención en mí, y la verdad, no esperaba que lo hiciera, imaginense lo extraño que eso hubiera sido. yo, charlotte, era una persona muy normal, o al menos eso es lo que me gustaba pensar de mí.

en el instante en el que mi amiga miró a la misma dirección en la que yo estaba observando, exclamó "es lindo, parece un elfo."

el tiempo pasó, en algunas ocasiones sólo iba al edificio de en frente para mirarlo. claro que el nunca se daba cuenta, miraba a la dirección en la que yo estaba pero realmente dudo que estuviera viendome a mí.

siempre se encontraba con un moreno de cejas marcadas, creo que se llama calum, un amigo me había hablado vagamente acerca de él.

el elfo tenía un pinta agradable, creo que algún día le hablare.

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