La terapia cognitiva

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Los objetivos terapéuticos principales van a tender a:

1º Mejorar la percepción de los “disparadores”.

2º Disminuir la activación de las sensaciones corporales.

3º Modificar la actitud de hipervigilancia corporal.

4º Identificar y modificar las distorsiones y supuestos amenazantes-catastrofistas

Esto se logra:

1º  Poniendo concentración en las sensaciones internas. Por ejemplo, en un disparador como es la respiración. Suele ser útil, para ver surgir los pensamientos asociados, inducir una pequeña hiperventilación mediante respiración rápida y superficial.

Tomar nota mentalmente durante este proceso de los pensamientos distorsionados que van apareciendo. (Ej. “Me estoy asfixiando”)

2º  Disminuyendo la activación corporal con las técnicas de relajación, medidas higiénico/dietéticas y de control respiratorio, entre otras.

3º  Modificando la actitud de hipervigilancia corporal, evitando así la  reinterpretación catastrofista de las sensaciones que van apareciendo durante la crisis, mediante la técnica de distracción.

4º Con el Auto-registro de las interpretaciones catastróficas y su posterior refutación (contraprueba racional) se puede llegar a detectar y desactivar de modo duradero la interpretación distorsionada que inicia el trastorno de pánico.

Para eso es útil la Hoja de Registro de Distorsiones (ver apéndice)

El punto más importante en todo esto es:

Aprender a modificar los significados catastrofistas que se producen ante la presencia de los estímulos disparadores.

Para eso recordar el A-B-C del pánico:

La “A” se refiere a los estímulos internos y externos disparadores (los activadores)

La “B” denota los pensamientos distorsionados automáticos asociados a los estímulos disparadores (que suelen pasar desapercibidos)

Y la “C” Se refiere a las conductas derivadas de la significación anterior. En general, respuestas afectivas, fisiológicas y conductuales ante esos pensamientos.

La secuencia, desde la activación a la conducta derivada, es la siguiente:

A -------- > B ---------- > C

Tomar nota que las personas suelen ser conscientes de “A” y de “C”, pero no de “B” (salvo que se aprenda a buscar el pensamiento distorsionado asociado)

Ejemplo

A) Situación: tomando un café con un amigo tengo un temblor leve.

B) Pensamiento distorsionado: “algo anda mal, puede ser un derrame cerebral”

C) Conducta, acorde al pensamiento distorsionado: Síntomas de ansiedad  y por lo tanto más temblor, mareo, taquicardia, falta de aire, dolor en el pecho.

Estos nuevos síntomas “C” pueden ser tomados como otros A (activadores), dando lugar a la espiral del pánico, ya que a su vez se producen más B (pensamientos distorsionados), por ejemplo: “efectivamente es un derrame y voy a tener un desmayo, voy a morir”  y auto convencimiento en la certeza de la idea disfuncional. A su vez estos pensamientos dan lugar a otra “C” (respuesta conductual) con angustia extrema o crisis de pánico.

Este A-B-C sirve, como decía, para aprender a detectar los pensamientos distorsionados (los “B”) y así pasar a la fase de modificación de los mismos.

Las Crisis de PánicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora