―Se me olvidó dártelos―los tomé y me los puse inmediatamente.

― ¿De verdad tienes tanto frío?

―No, pero.... No es nada importante.

Adam volvió a sentarse normalmente y me miro con el ceño fruncido.

―Tienes el cabello hecho un colmenar de avispas―me llevé las manos a la cabeza, pero Adam se burló― estás despeinada un poco, nada más.

―Pudiste decir eso antes.

―Es más divertido decir cosas que te alteren.

―No me alteré.

Adam negó con una sonrisa fanfarrona en su rostro, y volvió a apoyar su cabeza en el respaldo. Durante un buen tramo del camino observé a Adam, la forma de sus labios, sus pestañas, como los ligeros rayos de luz pasaban a través de la ventana y daban en la mitad de su rostro, jamás había tomado tiempo para observar esos detalles. Adam era un hombre robusto y guapo, cargaba consigo un aire de masculinidad que no podías dejar de sentir, lo único que quizá te confundía era el hecho de que su personalidad y físico no eran gemelos, ni remotamente.

Casi ni noté cuando metió su mano en el bolsillo y la sacó con su teléfono en mano.

―Toma una foto, durara más―enarcó una ceja―, no había necesidad de mirarte para saber que me estabas escrudiñando tan a detalle.

― ¿Qué? ―sentía ese calor subir por mis mejillas.

― ¿Para algo me observabas?

―No estaba observand...

El auto se detuvo en seco, el brazo de Adam presionó mi pecho para evitar que mi cuerpo se fuera hacia adelante.

― ¡Lo lamento joven Blair! Esa motocicleta ha salido de la nada.

La mandíbula de Adam se tensó. ― ¿Qué motocicleta?

El conductor de nuestro auto apunto hacia una motocicleta que había frente a una casa gigante, que claro tenía que ser la casa de los Blair; el agarre de Adam desapareció con rapidez y fue cambiado por una exclamación de enojo puro, 

―Maldito bastardo...

Mire a Adam sorprendida, jamás le había escuchado maldecir. Dirigí mi mirada hacia el conductor de la motocicleta.

― ¿Es Derek? ―pregunté sin ver a Adam.

―Sí― escupía las palabras con rabia.

Abrió la puerta de su lado y salió. Lo seguí sin pensarlo. pero tomando en cuenta el temperamento que podía tener me mantuve unos pasos detrás de él.

―Derek―la voz de Adam retumbó fuertemente en mis tímpanos― ¡Derek!

Éste se quitó el casco negro, dejando ver lo que éste cubría: tenía el cabello oscuro y su mirada era verdosa oscura, tenía la misma profundidad que la mirada de Adam el día que lo conocí.

― ¿Qué pasa, Adamito?

―No me llames así, ¿qué acaso no ves cuando manejas?

―Sí veo, ¿por qué? ―Derek posó su mirada en mí y sonrió―, hola.

―Olvídate de ella, hiciste que frenáramos en seco, pudimos haberte chocado, idiota―Derek levanto una mano en el aire en signo que se detuviera―, oh no, no te vas a salir con la tuya Derek.

―Deberías relajarte, no es como si los hubiera matado; sigues respirando.

―Fue estúpidamente imprudente de tu parte hacer eso―me atreví a decir―, es peligroso.

―Intentaré evitarlo la próxima vez, linda―miró de nuevo a Adam―, amargado como siempre primo.

―Esto no va de diversión Derek―Derek dejo salir un gruñido de frustración.

―¿Podemos seguir con esto en otro momento?―tomé el brazo de Adam―, quiero creer que quienes observan son tus familiares―susurré para él.

Los músculos de su brazo se relajaron.

― ¿Era todo lo que tenías que decirme Adamito?

―Deja de decirme así, con un demonio.

―Como quiera, señor Blair―Derek hizo una reverencia.

Adam cerró los ojos con frustración, los abrió y fijó su mirada en mí, su mano le dio un pequeño apretón a mis dedos y lo deje ir.

―Lo siento, Emily.

― ¡Al fin llegan! ―la voz de una mujer provocó que Adam rodara los ojos.

―Bienvenidos―la madre de Adam se acercó a nosotros con una sonrisa forzada en su rostro―, pensé que no llegarían jamás― ¿qué? La acabábamos de ver en el aeropuerto―, ¿Cómo estuvo el camino?

¿Cómo llegó tan rápido?

―Sinceramente, agotador―Adam miró detrás de ella― ¿y mi padre?

―Está en su despacho, como siempre.

Asintió. ― ¿Dormiremos en mi vieja habitación?

La madre de Adam sonrió complacida. Adam había dado en el punto.

― ¡He pedido que se remodelara para ti!

―Como sea, quiero que las maletas de Emily y mía estén ahí cuanto antes posible.

―Yo puedo cargar la mía―mi voz apenas y sonaba, era como un soplido de viento cuando la comparabas con la de Adam y su madre―, así evitaría molestias.

―Tranquila querida, estoy segura que un peso menos para ti sería genial, ¿por qué no subes junto con Adam a su habitación y toman una ducha? ―su sonrisa era tan forzada que pronto sus mejillas le dolerían―, claro, por separado.

Adam tiró de mí lejos de su madre y nos dirigimos hacia la puerta principal. Había gente por todos lados, jóvenes, adultos, niños... y todos giraban para vernos cuando pasábamos a lado de ellos. Ni siquiera se dignaban en bajar la voz cuando comentaba algo; la mayoría de lo que decían eran cosas que tenían que ver con Adam, pocas palabras escuche sobre la "chica" que iba tomaba de la mano de Adam, de una u otra forma me tranquilizaba, sus ojos me buscaron un par de veces y media sonrisa se dibujaba en sus labios.

Derek estaba apoyado en las escaleras con una sonrisa radiante y los brazos cruzados sobre su pecho, él y Adam se vieron fijamente.

―Sinceramente linda, ¿qué le ves a él? ―Derek apunto a Adam con la barbilla― ¿hay algo que lo haga especial?

―Basta―la voz de Adam sonaba áspera.

― ¿Qué es lo que te gustó de él, ¿el dinero? Porque no serías la primera que lo ve con esas intenciones.― Derek sonreía con cierto orgullo altanero, ¿pero y este wey quién se creía que era? Tenía sus ojos fijamente sostenidos en los míos. Quería provocarme, quería saber cómo reaccionaría.

―Sinceramente―comencé―, no es de tu incumbencia.

Adam reprimió una risa antes de entrar a la casa.

ADAM - en edición.Where stories live. Discover now