Capitulo 1

83K 3.8K 474
                                    

Suspire.

Dios, nunca había estado tan nerviosa como ahora.

Coloqué el cronómetro en mi celular y me senté en la tapa del váter a esperar el resultado.

Podía ser negativo, dijo mi subconsciente. Quería que fuera negativo... no se cómo podía explicarle a él que a lo mejor iba a ser papá.

3 minutos. 5 minutos. 10 minutos. El tiempo pasaba volando y aún no despegaba mi vista del piso. Frote mis ojos con las palmas de mis manos sudorosas y me levante de la tapa del váter, cogí el test de embarazo y lo observe.

Positivo.

Se me comenzó a nublar la vista, las lágrimas me caían por doquier por mis mejillas. Grite y golpeé el mueble del baño con mi pie, me había dolido, mierda.

¿Cómo carajos le iba a decir a aquel hombre que estaba embarazada de él? Era tan frío, soberbio e imperfectamente perfecto. Fui una estúpida al perder mi virginidad con un hombre que apenas conocía en una fiesta. Hacía una semana.

Vomité expulsando lo poco que había comido del día, hacía una semana estaba así y ya ni me aguantaba.

-Hija... ¿Estas bien?- preguntó mi madre tocando la puerta.

-Sí mamá... solo vomité, nada más.

-Cariño, vamos de inmediato al médico, hace...

-¡No mamá!- no podía pensar en la reacción que iba a tener mi madre cuando se enterara de mi embarazo.

Mi madre, una mujer hermosa de cabello rubio se asomó por la puerta con una cariñosa sonrisa, me levante rápidamente del suelo y mi madre cogió mi cabello y le hizo una suave coleta. Me acarició suavemente la mejilla con sus dedos, cerré los ojos y suspire. Le quería decir... pero tenía mucho miedo que ella no lo aceptara. Ya sabía de antemano que mi padre no iba a aceptar su nieto... y todo lo que pensaba, hacía o decía mi padre mi madre lo apoyaba.

-Vamos al médico, amor.

***
Una semana, habían pasado desde que habíamos ido al doctor y hoy volvíamos a ir para los estudios.

-Señora...- el doctor se acomodó los anteojos; reviso nuevamente el papel de los análisis que ya habían llegado. Me observó a mi, suspire. Ya estaba todo perdido.- señora, su hija está embarazada de 2 semanas.

Mis lágrimas comenzaron a bajar despacio por mis mejillas, ya sabía que iba a pasar todo esto... pero no estaba preparada. Sabía que cuando me hicieran los análisis de sangre y orina iba a salir que ésta chica de apenas 18 años estaba embarazada.

Observe detenidamente a mi madre, esperándome alguna reacción violenta o simplemente un regaño; pero no. Ella se mantuvo quieta y mirando con la mente en otro sitio menos en donde estábamos.

Salimos del hospital, cruzamos el estacionamiento hasta llegar a nuestro auto y, mamá aún no había dicho ninguna palabra. Subimos y emprendimos viaje a casa, en completo silencio. Me rendí y me dediqué a observar por la ventanilla en silencio, como lo estaba mi madre.

Entramos a casa y mamá fue directo hacia arriba, de la manera que subió sabía que estaba echa una fiera.

Bajo nuevamente las escaleras y se plantó frente a mi. Me observó con asco y levanto su mano, cerré mis ojos esperando un golpe... pero nada.

-Mamá...- dije despacio.

-¡Que te calles! ¡No me llames mamá pequeña zorra!

Y creo que en ese momento me dolía más un golpe en mi cuerpo que las palabras de mi madre.

-¡No me dijiste nada! Me has dejado como absurda en aquel hospital y sabías claramente que estabas embarazada ¡Sabía que eras puta y que pronto me traerías una desgracia!

-Mamá... yo... lo siento...- agarre fuertemente la cara con mis manos y llore como nunca antes lo había hecho.

En ese instante llegó mi padre del trabajo, como siempre tarde. Hacía poco que sabía el porqué siempre llegaba tarde, no eran aquellas excusas de "Mi trabajo es importante, a veces me tengo que quedar más de lo debido" esa no era la razón, la razón era su asistenta de 20 años.

-¡Adivinad qué Juan! Esta pequeña zorra está embarazada... te lo dije, sabía que algún día nos iba a traer una desgracia tan grande para la familia.- dicho esto mi madre subió a mi habitación y yo me quede allí en la entrada con mi padre que apretaba sus puños a cada costado.

-Lo siento... papá.- me giré y lo observe. Él bajo su mirada a mi y negó levemente; me miró con la misma cara de asco que siempre me miraba y se fue a mi habitación con mi madre.

Solloce nuevamente. Habían pasado 2 minutos y se escuchaban los gritos de la discusión entre mi madre y mi padre. Después de un rato mi madre bajó con mi padre y dos maletas. Las tiraron al lado mio y mi padre al fin habló.

-Quiero que te vallas, no se a donde, pero lárgate. No nos busques, ya eres mayor, aprende de la vida, eres una niñata malcriada que no merece todo lo que tienes. Largo.

Estaba enojada e indignada, cogí mis maletas y me fui fuera de casa.

Bien, Esperanza... ¿Qué harás ahora?

No me quedaba otra cosa que ir a su casa y contarle la verdad.

Embarazada en apurosWhere stories live. Discover now